El alcalde, Isidoro Gambín, y el delegado municipal de Fiestas, Juan Ramón Barroso, confirmaban el jueves la suspensión del acontecimiento festivo por antonomasia en Arcos, su Feria de San Miguel. La crisis del Covid-19 pasa así una nueva factura al calendario festivo de la ciudad tras la cancelación de la Semana Santa, las fiestas de primavera, veladas de verano y, ahora, la feria patronal de septiembre.
Los representantes del equipo de Gobierno argumentan “una obligación política y moral”, partiendo de que la feria habría reunido en el recinto a miles de personas, lo cual supondría un claro peligro de contagio. La de Arcos no es una decisión aislada, ya que los municipios de alrededor, por idénticas razones, también suspenderán sus fiestas más multitudinarias de los próximos meses.
El delegado de Fiestas asegura que su área “ya trabajando en algún tipo de programación que permita ese rato de ocio entre la ciudadanía en esas fechas, pero que no provoque concentraciones como la feria, evitando por tanto la propagación del virus en nuestra sociedad”, señalaba junto al alcalde de la ciudad.