“Es muy importante que consideremos cambiar nuestro estilo de vida” para aliviar la presión que ejerce la humanidad sobre los recursos naturales del planeta, resaltó ante el pleno del foro Julia Marton-Lefevre, Directora General de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
De esta manera, consideró de suma importancia que toda la información sobre la biodiversidad y los ecosistemas formen parte del bagaje educativo, para que sensibilice a todos los grupos sociales.
El premio Nobel de Química Ahmed Zewail abundó en las mismas ideas al asegurar que hay que “terminar con la ignorancia” y “mejorar la enseñanza”, pero también se debe hacer más efectiva la cooperación entre la ciencia y el resto de la sociedad.
Otros, como Diana Malpede, en representación de la Unesco, llamó la atención de que “a veces, la ciencia no se comunica como debería” con la política y la sociedad, lo que dificulta la cooperación.
La responsabilidad en las cuestiones relacionadas con el medio ambiente global, la salud humana, el crecimiento sostenible y el problema de la energía, es algo que los científicos tienen que asumir, ya que estos asuntos no pueden abordarse sin la ciencia, subrayaron.
El documento llama la atención de que uno de los peligros lo representan “las formas modernas de la irracionalidad” –la superstición y lo esotérico– que se están generalizando en abierta oposición al conocimiento científico.
Por esas mismas razones reafirmaron la importancia de la educación y la información para integrar de la forma más efectiva la ciencia y el conocimiento en el espacio público.
De esta manera proponen que “el 1% de los fondos gastados en la investigación se empleen en la sensibilización pública” sobre la importancia del conocimiento científico.