¿Dónde alojar a los temporeros que llegarán a la provincia en la próxima campaña de la aceituna? Es la pregunta que se hacen los empresarios oleícolas, pero también las organizaciones sociales y la propia Administración, y que aún no tiene respuesta pese a que el tiempo apremia por el nuevo escenario del Covid y por el ya anunciado adelanto de la campaña de recolección, que será larga por la abundante cosecha que se espera. “Estamos ante el tema de mayor gravedad que nos hemos encontrado jamás en una campaña de la aceituna, hay que actuar ya, no podemos mirar hacia otro lado”.
El presidente de Cáritas Diocesana en Jaén, Rafael López-Sidro, urge a las Administraciones y al resto de partes implicadas a actuar ya, “hoy mejor que mañana”, para afrontar una situación nunca antes vivida. La provincia fue pionera en su día para activar una red de albergues modélica en la acogida transitoria de los temporeros, a los que después deben garantizar un techo los empresarios. Pero ese modelo ya no vale en el actual escenario del Covid. De momento, las 800 plazas que ofertan la veintena de albergues tendrán que reducir su aforo al menos en un 50%. Y las exigencias sanitarias del Covid complicarán y restringirán los alojamientos en las viviendas particulares. ¿Qué hacer entonces? “Tenemos que buscar recursos adicionales donde estén garantizadas las medidas sanitarias y laborales”, indica el presidente de Cáritas, que aboga por la adaptación de naves (o la construcción de otras prefabricadas) o polideportivos. Incluso alude a la construcción de un campamento específico para temporeros, al estilo del que el Ejército ha construido en Huelva, aunque en este caso motivado por el incendio sufrido por los alojamientos chabolistas.
En la misma línea, Manuel Parras, presidente del Consejo Económico y Social (CES) y de la flamante IGP ‘Aceite de Jaén’, apremia a concretar el dispositivo de la próxima campaña de la aceituna, para el que también cree preciso habilitar alojamientos extraordinarios. “No podemos repetir los episodios que se han dado en Lérida o Huesca [con numerosos contagios entre los temporeros] porque el impacto puede ser muy negativo para la imagen de la provincia, que tan buen trabajo ha hecho con el modelo de albergues”, explica Parras. A su juicio, en este tema resulta fundamental la implicación de los empresarios oleícolas y llama a las cooperativas a movilizarse y convertirse en “verdaderos agentes dinamizadores en cada municipio”. El CES pide un plan de contingencia con distintos escenarios para afrontar la campaña olivareros. En ese plan se pide también emplear a personas migrantes cuyo permiso concluya en el periodo comprendido entre la declaración del estado de alarma y el 30 de septiembre, y jóvenes entre 18 y 21 años de terceros países que se encuentren en situación regular, a los que se permitirá que, tras la finalización de la vigencia de su permiso de trabajo, puedan acceder a una autorización de residencia y trabajo. Tendría una vigencia de dos años, renovable otros dos, y será válida para todo el territorio nacional y sin límite de sector...
El Foro provincial de la Inmigración se reunió la semana pasada de manera telemática, con la presencia la directora de Policías Migratorias de la Junta, María del Mar Ahumada, y acordó crear dos comisiones de trabajo: una sobre los menores extutelados y su posible inserción laboral y otra para abordar el problema de la vivienda en la próxima campaña de la aceituna. Pero el resto de entidades que forman parte del Foro (también lo ha hecho el presidente de la Diputación, Francisco Reyes) reclaman a la Junta que convoque ya estas dos comisiones, incluso habilitando el mes de agosto, por la premura que, dicen, requiere la preparación de la campaña olivarera. Mientras, el Consejo de Gobierno de la Junta ha dado luz verde a una guía para prevenir el Covid-19 en las explotaciones agrarias con temporeros. La guía, elaborada de manera conjunta por las consejerías de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo; Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y Salud y Familias, va dirigida a los titulares de explotaciones agrícolas que contratan a temporeros en las campañas agrícolas. La Junta asume que deberá llevarse a cabo la reorganización de espacios y tiempos en las propias explotaciones agrarias.
El titular de la explotación debe limitar las cadenas de transmisión. Por ello, es necesario partir de las ‘cuadrillas’ como un grupo de trabajo estable sobre las que pivotarían las medidas preventivas. Sus integrantes deben estar físicamente separados tanto como sea posible y los grupos no deben mezclarse entre sí. La guía recomienda que cada explotación agropecuaria elabore un Plan de actuación específico frente al Covid-19. Contemplará todas las medidas que deban ser tomadas en los diferentes escenarios posibles y deberán establecerse medios de coordinación con los responsables de los alojamientos comunes, de albergues o de residencias temporales, así como con las Administraciones locales o empresas de contratación de trabajo temporales. Además, deben existir canales rápidos de intercambio de información para adoptar medidas si apareciera algún caso confirmado. Los trabajadores deben ser formados e informados de las medidas contempladas en el plan, siendo necesario abordarlo en los distintos idiomas de las personas trabajadoras.
En cuanto a los alojamientos, entre otras medidas se restringirán las visitas sin vinculación con los residentes a no ser estrictamente necesarias. Y se garantizará la provisión de jabón, papel y soluciones desinfectantes. En el plan se definirán actuaciones para iniciar el proceso de detección, aislamiento y control sin demora en el caso de que un trabajador presente síntomas. El propietario deberá llevará un registro con la relación de trabajadores y es importante que se recomiende y facilite la solicitud de atención sanitaria como desplazados, tanto si se proviene de otra provincia de Andalucía, de otra comunidad o de otro país, para tener un centro de salud asignado y un acceso a atención primaria.
