El décimo Congreso de los Premios Nobel de la Paz, que se celebra entre ayer y hoy en la capital alemana, ha reunido a una veintena de galardonados como el ex presidente soviético Mijail Gorbachov, el ex presidente polaco Lech Walesa y el ex presidente sudafricano Frederick Willem De Klerk.
Bajo el lema “Derribar los nuevos muros y construir puentes para garantizar un mundo de los derechos humanos y un muro sin violencia”, el congreso aborda cuestiones como la lucha contra la pobreza y el cambio climático y el desarme nuclear.
Coincidiendo con el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, que se conmemoró el lunes, Yunus elogió la vía pacífica por la que se derribó “un muro tan horrible” y explicó que las enseñanzas de ese hecho histórico deben ser que “los muros pueden caer si la gente quiere” y que “ni analistas ni políticos lo vieron venir”.
“Eso debe hacernos más humildes.
No sabemos lo que pasará mañana. Debemos usar nuestra imaginación para idear cómo será el año 2030. Es mejor que pensemos en cosas imposibles, porque ésas son las que ocurrirán. Vayamos a por lo imposible”, aseveró.
Gorbachov sostuvo, por su parte, que el mérito de la caída del muro fue de los ciudadanos de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), de quienes dijo que “configuraron su propio futuro” sin la “interferencia de otros”.
Respecto a la relación actual entre Bruselas y Moscú, sostuvo que es un “anacronismo” dejar a Rusia fuera del diálogo europeo y afirmó que la UE “aún no ha decidido qué Rusia quiere ver”.
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, señaló que la caída del Muro de Berlín demuestra que “todo es posible” y que las ansias de paz y de libertad “siempre serán más fuertes que los muros y las cárceles”.
“Los realistas y los cínicos se equivocaron. A veces es posible lo que muchos ven como imposible. El muro cayó y abrió puertas y ventanas por las que sopló el viento de la libertad”, señaló.
Destacó que la Unión Europea es un proyecto de paz que ha llevado la estabilidad de países del centro y del este europeo. “Igual que hoy estamos haciendo en los Balcanes”, apuntó.
Walesa comentó que fue la presión de los ciudadanos germano-orientales lo que provocó la caída del Muro de Berlín, pese a las autoridades de la RDA “tenían otros planes”.
Comparó además la lucha de los alemanes del Este con la de los polacos que, por la vía pacífica, consiguieron desprenderse de un régimen comunista.
De Klerk definió los hechos del 9 de noviembre de 1989 como una “victoria de la libertad” similar a la acontecida 200 años antes con la toma de la Bastilla, durante la Revolución Francesa, de la que dijo que también dio paso a “un orden” nuevo.
Según el ex presidente sudafricano, la caída del muro berlinés contribuyó a que Sudáfrica derribara “los muros que dividían a su gente” y “construyera puentes” hacia el fin del apartheid. “El futuro es impredecible. No existe el final de la historia”, afirmó.