En Cádiz a la ostra siempre se la conoció como ostión. Una pieza de marisqueo con forma rizada que no era precisamente agraciada ni a la vista ni valorada en su precio. Desde hace unos años, la empresa Esteros Andaluces está consiguiendo un producto al que se ha rebautizado como ostra de Cádiz, de la Isla de León o Booc. Se cultiva en 300 hectáreas de esteros situados en San Fernando, en pleno parque natural de la Bahía de Cádiz.
Manuel Jiménez Pardavila es el acuicultor responsable de este exclusivo producto gaditano que ya ha comenzado a ser exportado a China y que tiene cada vez mayor presencia en restaurantes y supermercados de toda España.
Para competir en igualdad de condiciones con las ostras francesas, en Esteros Andaluces han cambiado la presentación y el nombre de su ostra. Bajo el nombre de Booc, huye del localismo del ostión en fondo y forma. Se presenta en caja de madera con nido de paja y envueltas en papel. Aun así, la clave del éxito está en su contenido. Con gran cantidad de carne y un sabor potente, homogéneo y ligeramente avellanado, la ostra de Cádiz se alimenta del sol de nuestra provincia convertido en fitoplancton 100% natural. Tal y como se alimentaban en las salinas de nuestro entorno a los peces, crustáceos y moluscos en tiempos de los romanos.
Un producto cuyo sabor ha sabido ser estandarizado y que, a juicio de Pardavila, “nos permite competir sin complejos con cualquier otra ostra que venga de fuera”.