La foto muestra el mapa, que se puede encontrar en la web de la Junta de Andalucía, donde se muestra la Bahía de Algeciras y las aguas territoriales de Gibraltar https://maps.andalucia.org/maps/search.
Entre 1713 hasta 2021 han pasado unos cuentos años y la situación política del contencioso gibraltareño se ha ido empeorando con los años. Desde la firma del tratado celebrado en Utrecht entre casas reales, por el Rey de Francia, en nombre de su nieto Rey de España, hasta el actual status del Peñón, poco ha quedado vigente de aquel tratado. Que si sólo se cedían las fortalezas y el puerto, sin aguas. Que si quedaba expresamente prohibido el paso terrestre. Que sólo se utilizará el mar para avituallamientos… Pasando por la ocupación, por la cara, del istmo o la usurpación de aguas “territoriales”… Hasta el famoso referéndum del 68 y la constante referencia a los derechos del “pueblo gibraltareño”, invocando a la ONU (Organización de Naciones Unidas), que para más inri aprobó la descolonización inmediata de la roca de Gibraltar, instando ininterrumpidamente a ambas naciones a negociarla desde 1965.
https://www.un.org/dppa/decolonization/es/nsgt/gibraltar. Para conocer la posición española http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/PoliticaExteriorCooperacion/Gibraltar/Paginas/Historia.aspx
Un reguero de timos y estafas durante siglos, que la corona española ha asumido y consentido invariablemente y que en los últimos 40 años, de esta larga e inacaba transición hacia la democracia, tampoco se les ha puesto remedio. Quien desde Gibraltar lea estas líneas pensará que son exageradas, pero sólo tiene que pensar un instante como rememoraría una historia de usurpaciones si estas se hubieran desarrollado en su querida tierra gibraltareña.
Lo expuesto supone reconocer que para superar la situación no sirve enrocarse en los derechos históricos y centrase en el presente. Porque sólo asumiendo que quienes vivimos en esta bahía de Algeciras tenemos todo el derecho de continuar haciéndolo, a pesar de los disparates que los políticos, a uno y otro lado de la verja, hayan cometido y posiblemente sigan cometiendo.
La realidad de esta especialísima situación, no sólo de Gibraltar, sino de toda la Bahía de Algeciras, del enclave geopolítico estratégico entre dos continentes, con un estrecho que comunica el atlántico y el Indico, a través del Estrecho y el Canal de Suez; debe ser asumida por los gobiernos de España, la Unión Europea consecuentemente, y el Británico.
El fin del Brexit, que aún no llega, ya que están pendientes a meses vistas los remates tanto de Irlanda del Norte, el encaje de Gibraltar en el territorio Shengen, como otros delicados asuntos ya acordados; ha puesto en marcha un proceso que acabará creando en la Bahía de Algeciras un Territorio Autónomo de la Unión Europea, que a fuerza de inteligencia e innovación resuelva todos los contenciosos y permita vivir dignamente a todos sus habitantes.
Fdo Rafael Fenoy Rico