Sevilla ya tiene Plan Director de Patrimonio. El documento que ahora inicia su tramitación administrativa (Junta de Gobierno, exposición pública y Pleno municipal para su aprobación definitiva) ha sido presentado en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla después de dos años de trabajo de 64 universitarios, entre docentes, investigadores y personal técnico.
Este documento no sólo sirve para catalogar y dar información detallada sobre cada uno de los bienes, sino que tiene una segunda función: la de abrir una “reflexión” sobre el “aprovechamiento” que se les puede dar. Un uso que, en palabras de Antonio Muñoz, delegado de Hábitat Urbano, debe “abandonar” ya las soluciones tradicionales, que no son otras que las que convierten el patrimonio en sedes administrativas o comerciales, y apuntar a actividades creativas y de emprendimiento. “Con este plan se trata de reducir la improvisación y diseñar una estrategia para hacer del patrimonio una fuente de generación de empleo”, ha apostillado Muñoz. Ejemplos ya hay de este cambio, como es el caso de la rehabilitación de la Fábrica de Artillería para convertirla en un gran contenedor cultural. De los edificios que están en uso, una tercera parte tiene un uso cultural y una cuarta parte, un uso administrativo, apostilla el documento.
El Plan Director se fija un horizonte temporal de diez años. Hasta 2030, la intención es invertir hasta 90 millones de euros en la recuperación y conservación de esos 115 bienes de interés cultural. Una cantidad que es “asumible”, según Muñoz, porque el Ayuntamiento confía en “seguir la senda de captación de fondos” de convocatorias competitivas. Es el caso del 1,5% cultural con el que se ha empezado la intervención en la Muralla de la Macarena o los fondos europeos Next Generation.
En la primera fase del plan, hasta 2023, el documento detalla las actuaciones a realizar en 28 de esos 115 bienes. Un paquete en el que se invertirán más de 60 millones de euros. Algunas de esas obras de rehabilitación ya han comenzado, como son las ya mencionadas de la Muralla de la Macarena y Artillería, pero también se encuentran San Hermenegildo (1,6 millones), el Teatro Lope de Vega (1,3 en el propio edificio y 5,6 para el entorno del teatro) y el Monasterio de San Jerónimo (4,8). Hay actuaciones que se consideran urgentes porque los edificios están sin uso y presentan graves patologías o riesgos que hacen “peligrar sus valores patrimoniales”. En este grupo se encuentran la Hacienda el Rosario (250.000 euros), el Molino de Teatinos (226.126 euros), la cisterna romana (50.000 euros) y la Torre Blanca (11.000 euros). Igualmente, también se recogen partidas para la Casa Fabiola (720.000 euros para el tratamiento de xilófagos, la montera y el nuevo sistema de climatización), el Antiquarium (270.000 euros), la Casa de las Sirenas (50.000 euros), las columnas de la calle Mármoles (35.000 euros) y la Iglesia de San Laureano (más de un millón), entre otras. Entre 2024 y 2027, se propone continuar las actuaciones impulsadas en el primer periodo y acometer nuevos proyectos a corto plazo, por un importe de 20 millones de euros. Por último, entre 2027 y 2030, el plan plantea intervenciones por 12,6 millones y culminar todos los trabajos iniciados con anterioridad.
“Éste no es un estudio más. Debe de estar por encima del color político del Ayuntamiento. Es un documento de ciudad”, ha abundado el delegado de Hábitat Urbano.
Carlos Plaza, profesor de la Escuela de Arquitectura y coordinador del proyecto por parte de la Universidad de Sevilla, ha destacado que el trabajo final tendrá una “trascendencia” más allá de Sevilla. “Será un espejo en el que se mirarán otras ciudades”, ha vaticinado.
Por su parte, el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, ha recogido el guante lanzado por el delegado Antonio Muñoz en relación a los usos culturales, creativos y de emprendimiento a los que aspira el Ayuntamiento para su patrimonio municipal. “Aspiro a que algunos de esos bienes puedan albergar colecciones del patrimonio atesorado por la Universidad de Sevilla en sus 515 años de historia”, una petición enmarcada dentro del proyecto de Museos de la Universidad de Sevilla que arrancará en el Rectorado.
