El Ayuntamiento de Jerez ha solicitado a los juzgados el desalojo del edificio de su propiedad que la mercantil Cafeterías Alfonso viene explotando desde diciembre de 1997 como Museo Taurino.
El Consistorio ha adoptado esta determinación después de que la empresa haya hecho oídos sordos a sus continuos requerimientos para la devolución de unas instalaciones en las que se encuentra sin contrato desde el 1 de enero de 2013.
Así, y “ante la negativa de Cafeterías Alfonso a abandonar el local”, al Ayuntamiento “no le ha quedado otra que acudir al juzgado a defender el interés general y recuperar este inmueble”, explica la teniente de alcaldesa de Economía, Hacienda y Recursos Humanos, Laura Álvarez, que recuerda que estaba batalla se inició en junio de 2014, cuando el Gobierno entonces presidido por la popular María José García-Pelayo “hizo el primer requerimiento para el desalojo del local” a la empresa concesionaria de su explotación, “sin que hiciese caso”.
A partir de ahí, el Ayuntamiento ha hecho “sucesivos requerimientos” para que esta entidad mercantil abandone las instalaciones, dado que “está legalmente obligado a defender sus bienes patrimoniales, que son de la ciudadanía de Jerez”.
“El Ayuntamiento nunca puede quedarse con los brazos cruzados ante el aprovechamiento de una instalación municipal para una explotación económica sin contrato que la ampare”, subrayó Álvarez.
Licitación desierta
En paralelo a esos requerimientos para la devolución del local, el Consistorio sacó a licitación la venta del edificio, a la que Cafeterías Alfonso no llegó a presentarse a pesar de que habían manifestado interés en adquirir la propiedad.
Esa licitación quedó desierta, considerando ahora el Ayuntamiento que difícilmente podrá enajenar el inmueble “estando el local ocupado” por un tercero.
El edificio se encuentra en el número 6 de la calle Pozo del Olivar, en pleno centro histórico.
El precio base de licitación ascendía a 486.688 euros (sin IVA), declarándose desierta la venta.
Cuenta con una extensión superficial de 820 metros cuadrados. La finca posee una tipología constructiva de casco bodeguero tradicional, constituida por dos naves diferenciadas.
Dispone también de construcciones anexas de una planta para albergar las infraestructuras de apoyo necesarias para su función principal.
