El abandono y el estado ruinoso del centro histórico de Jerez lleva años denunciándose con manifestaciones, actos simbólicos como la recreación de su propia muerte y toques de atención casi automáticos cada vez que se produce un derrumbe, lo cual ocurre con demasiada frecuencia. Sin embargo, nunca hasta ahora se había llamado la atención de Intramuros con un gesto tan cargado de belleza como reivindicativo a la vez con el arte como nexo de unión. Esto ha ocurrido esta semana gracias a la iniciativa del florista jerezano Javier Varela, de la Floristería Enea, que ha puesto en escena su proyecto Umbral, en el que los claveles y el efecto sorpresa van de la mano, sin contar, por supuesto con la belleza.
“Tenía ganas de hacer algo artístico un poco más personal, porque me gusta tanto el centro histórico de Jerez y lo veo tan abandonado. Se puede reivindicar, pero con acciones buenas”, explica a Viva Jerez, contento por la acogida que ha tenido su propuesta. La primera intervención de las cinco programadas hasta la noche de San Juan se descubría en la mañana del martes, cuando la puerta del Palacio Riquelme, en la Plaza del Mercado, amanecía cubierta de flores. Hasta 15.000 claveles utilizaron Javier y su equipo para decorarla. La siguiente se desveló ayer a primera hora (el montaje lo hicieron a las seis de la mañana) para seguir con esta historia, que auna sus dos pasiones: el centro histórico, donde no descarta vivir en un futuro, y las flores.
Si la primera simbolizaba el renacer, en la de este martes los 1.500 claveles viajaron a la Plaza Belén, “porque es el epicentro, donde empieza todo, donde se proyectaba una obra faraónica (por la Ciudad del Flamenco), y donde finalmente se realizará el Museo de Lola Flores”, de ahí la estructura floral simulando la silueta de una bailaora llamada La Faraona. Para la siguiente acción habrá que esperar todavía unos días, pero los vecinos del centro ya están impacientes.