Cáritas Diocesana atendió en 2020 a 24.447 en el territorio de Asidonia-Jerez, lo que supone un incremento del 23% con respecto al ejercicio anterior, un dato que se justifica en el fuerte impacto que supuso la irrupción de la crisis sanitaria. Del total de personas atendidas, 10.757 pertenecen al término municipal de Jerez.
Para hacer frente a esa situación de emergencia social fue necesario movilizar una inversión de 3.032.088 euros, un 24% más que en 2019.
El director de Cáritas Diocesana, Juan Pérez, no ha ocultado que el balance afecta a un ejercicio “especial y doloroso” en el que ha sido necesario “multiplicar los esfuerzos” para atender a las personas más vulnerables, destacando que muchas familias “nunca habían acudido” a la entidad demandando ayuda y se han visto obligadas a hacerlo como consecuencia del cese de actividades económicas y el incremento del paro.
El perfil de las personas acompañadas responde al de una mujer (72%) de nacionalidad española (85%), de entre 45 y 64 años (46%) y que forma parte de un hogar formado por una pareja con hijos (41%).
Las peticiones de ayuda para atender necesidades básicas representan el 84,4% del total de la demanda, seguidas por los gastos asociados a la vivienda y el pago de suministros (33,6%) y el empleo y la formación (27,5%).
Durante los meses de confinamiento domiciliario, la organización recibió más de 7.350 llamadas de emergencia a través de los números de teléfono que se habilitaron con tal motivo, llegándose a poner en marcha un servicio de acompañamiento telefónico para paliar la soledad de personas que no contaban con redes de apoyo.
También se activó una iniciativa de apoyo socioeducativo para menores de familias vulnerables que ponía el foco en la desigualdad educativa que padecen escolares en situaciones de exclusión social.
En ese periodo de tiempo se distribuyeron 35.700 menús elaborados en las cocinas solidarias Nuestra Señora del Carmen de Bonanza (Sanlúcar) y Esperanza de la Yedra (Jerez), algo que fue posible gracias a la colaboración de numerosos voluntarios y de la iniciativa ‘Costaleros por nuestros mayores’.
De los más de tres millones de euros de inversión, el 62% se destinó a acogida y asistencia de necesidades básicas, mientras que el 19% se dirigió a la puesta en marcha de acciones para favorecer el empleo y la formación.
Los socios y donantes aportaron 1,1 millones de euros, ascendiendo las subvenciones públicas a 728.674 euros. Las donaciones en especie han sido valoradas en 628.297 euros, mientras que gracias a las colectas en las iglesias se obtuvieron 292.493 euros. Las donaciones de entidades privadas dejaron otros 211.077 euros.
Cáritas Diocesana agradece la aportación de sus 1.248 socios y donantes, así como de 110 empresas colaboradoras, pero sobre todo resalta la implicación de los 563 voluntarios que han venido trabajando de manera desinteresada en las 76 Cáritas parroquiales a pesar de las dificultades motivadas por la crisis sanitaria.