Coincidiendo con la hora en la que muchas personas se concentraban en Madrid para protestar contra la crisis económica y el desempleo, el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo acumulaba una larga fila de personas deseosas de evadirse de los problemas y vivir las aventuras de sus viñetas preferidas.
Desde títulos clásicos como El Jabato o TBO a las últimas y novedosas novelas gráficas, la amplia oferta del Salón Internacional del Tebeo de Madrid comprende unos setenta puestos en los que se pueden adquirir no sólo cómics, sino también todo tipo de objetos.
De hecho, las mayores concentraciones se acumulaban en los stands con productos a la venta como camisetas con múltiples lemas y dibujos, tazas, figuritas conocidas del mundo del cómic, gorras de fantasía, chapas y videojuegos.
La tienda de comida japonesa, en contradicción con las decenas de carteles de Prohibido comer ubicados por todo el recinto, era de las que más éxito de público acumulaba, con numerosos jóvenes hambrientos de Dorayakis, pastel favorito de Doraemon, el gato robot cósmico protagonista de uno de los manga más exitosos en todo el mundo, al módico precio de 2 euros.
Otras exquisitices con gran éxito son el pollo yakitori, distintas versiones y sabores de cup noodles, los famosos fideos instantáneos que se comen en más de ochenta países (3,50 euros) o los chicles dragon ball o pokemon de manzana, que compartían éxito con las cientos de chuches expuestas en El universo de las chuches.