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Sábado 23/11/2024
 

Cádiz

"El flamenco es una música pura que no necesita de artificialidad para saborearla"

Dicen los entendidos que ‘La Verdad’, el último disco de Dani Llamas, es el mejor de su carrera discográfica. Lo cierto es que rezuma verdad en cada canción...

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  • Dani Llamas, artista musical.
  • La Verdad es consensuada, incluso puede mudar, pero nos regimos por pretender que el suelo que nos sujeta de las profundidades sea lo más estable...

Dicen los entendidos que ‘La Verdad’, el último disco de Dani Llamas, es el mejor de su carrera discográfica. Lo cierto es que rezuma verdad en cada una de sus diez canciones. En la bruma de los tiempos que corren hay lugares que nos salvan. Este es uno de ellos. Llamas ha sido integrante del conocido grupo GAS Drummers, debutando en solitario en 2009 con 'Speaking thru the others' y 'Minor Epic' en 2011. El jerezano presenta su último disco este viernes, en el Castillo de Santa Catalina. Y esto es lo que nos ha contado

Si te refieres a si las instituciones han apoyado a los artistas, la muestra la tienes el próximo viernes. Es el Ayuntamiento de Cádiz el que ha querido que presentemos La Verdad en la ciudad, ningún promotor privado. La respuesta es un rotundo sí, y añadiría que tenéis muchísima suerte en Cádiz de

Vuelven los conciertos, de hecho toca en Cádiz este fin de semana, ¿qué significa eso para usted?

–Parece que poco a poco vamos recuperando parte de lo perdido en este año y medio tan largo. Todavía queda un buen trecho y no hay que bajar la guardia. Para mí, y hago este sentimiento extensible al resto de la banda, presentar La Verdad es Cádiz es uno de los puntos fuertes del verano. Mi relación personal con la ciudad de Cádiz es muy estrecha desde hace ya muchísimos años. Es una ciudad que, a pesar de no vivir en ella, la considero también mi casa. Y ya por rizar el rizo, cantar aquello de Ni Veracruz es la cruz, ni Santo Domingo es santo, cerquita de donde se crió Pericón es para mí un honor gigante.

¿Qué hay de esta tierra en usted?

–Yo he viajado por los 5 continentes en mis 41 años de vida, y mi viaje es de vuelta. Ser de donde soy es un maravilloso accidente. No nacemos mejores por nacer aquí, en esta esquina de los vientos, pero debemos recoger el testigo de poder mirar al mundo con un semblante de tolerancia, de aprendizaje, de mezcla y de ebullición creativa. Esa tradición es muy nuestra y es positiva.

¿Ha pasado factura la pandemia en su persona o trabajo?

–Es imposible no haberse visto de un modo u otro atravesado por alguna consecuencia derivada de la pandemia. Por suerte, los míos estamos bien de salud, no tenemos que lamentar ninguna pérdida, y, por quedarme con algo positivo, la pandemia aceleró nuestra vuelta a Andalucía, y abandonar la ciudad donde vivíamos durante la última década: Madrid. Ha sido un catalizador para muchas cosas, también.

¿Se has visto apoyado por las instituciones?

–He sentido, como cualquier ciudadano de a pie, que los sanitarios y muchos otros trabajadores imprescindibles han dado todo lo que tenían en los momentos más duros de este año y pico de dificultades. He sentido que muchísimas personas han podido acogerse a los ERTE. Las instituciones son también eso. Si te refieres a si las instituciones han apoyado a los artistas, la muestra la tienes el próximo viernes. Es el Ayuntamiento de Cádiz el que ha querido que presentemos La Verdad en la ciudad, ningún promotor privado. La respuesta es un rotundo sí, y añadiría que tenéis muchísima suerte en Cádiz de tener una Delegación de Cultura con tanta categoría. Los ciclos programados para estos meses tienen una programación exquisita.  Si tu pregunta va más por el tema de las personas que trabajan en la industria de la Cultura en España, hay que partir de un punto básico y esencial. Ya era, antes de la pandemia, un sector altamente precarizado, muy levemente sindicalizado, y, además, poco importante en los presupuestos del Estado o de algunas autonomías. La reflexión que tenemos que hacer tanto las personas trabajadoras de la cultura, como las empresas, instituciones y consumidores es qué valor queremos darle a los trabajos y a los productos culturales, y qué importancia para el conjunto de un país.

Su último trabajo, 'La verdad' tiene raíces profundas de tradición andaluza con una visión muy novedosa, ¿cómo fue el proceso de composición?

–Aquello fue rarísimo. Siempre cuento que parecía una revelación divina en sueños, como en las grandes religiones monoteístas. La Verdad me fue revelada. El caso es que compuse el disco en poco más de una semana, y dos semanas más tarde ya estaba grabado. En cuanto encontré mi voz y fui capaz de sentirme cómodo, después de hacer “Fui Piedra”, comencé a vislumbrar todo el disco. La única explicación que le doy es que lo venía procesando en mi interior desde hacía mucho tiempo y no tuve las agallas de dar el paso hasta ese momento. A partir de ahí, con más corazón que cabeza, me he adentrado en un camino propio que recolecta la música de mis orígenes, de mi tierra, con la música que he llevado haciendo durante 25 años, y que hasta hace poco escribía exclusivamente en inglés.

¿Qué es más efectivo, componer desde la desdicha, o desde la alegría?

–En mi caso, no sé si desde la desdicha como tal, pero me siento más cómodo escribiendo desde las profundidades, y creo que me han salido mejores canciones tristes o melancólicas que canciones alegres. Igual ahí es donde se nota bastante que soy de Jerez.

¿De dónde le viene ese amor por el flamenco?

–Yo nací y crecí en un barrio muy flamenco de Jerez que se llama Santiago. Mi abuelo y mi madre siempre canturreaban flamenco y copla, por eso decidí pasar totalmente de aquello y buscar música que tuviera un significante contrahegemónico en el Jerez de los años 90. Me sentí atraído por la música alternativa de los 90 y por el punk y el hardcore. A través de mi propio viaje sonoro ha ido adentrándome en muchos otros territorios, sobre todo de la música inglesa y americana, rock, folk, psicodelia, power pop. Desde que me tuve que ir a vivir a Madrid, coincidiendo con aquello a lo que Hegel llamaba Folklore, un sentimiento de echar de menos todo aquello que cuando vivía en el sur me sobraba, fui acercándome en un viaje de vuelta a la música que sonaba en casa de mis abuelos y padres cuando era niño.

El flamenco, el cante, como quieras llamarlo, es una música pura que no necesita de artificialidad para saborearla. Justo lo que yo venía buscando en otros géneros musicales. Así pues, mi encontronazo con el flamenco ha sido absolutamente pasional. Me ha hecho redefinir mi relación con la música, y eso, después de 25 años sobre escenarios de medio mundo, es de un valor incalculable, porque la búsqueda sigue, y seguir buscando algo es lo único que debería definir al artista.

¿Qué lazos de unión existen en el flamenco y el rock?

–Te diré algo. Cada vez me interesan menos los géneros musicales. Siempre he defendido las canciones por encima de los estilos y géneros. Todas las músicas tienen lazos de unión si eres capaz de generar un discurso coherente e interesante con ellas. El flamenco rock de algunas bandas me aburre, y de otras me apasiona. El arte de la mezcla no es tanto del qué sino del cómo.

¿Cree que existe La Verdad, con mayúsculas?

–Soy de las personas que saben que no todo es cuestionable. Por tanto existe la verdad. La Verdad es consensuada, incluso puede mudar, pero nos regimos por pretender que el suelo que nos sujeta de las profundidades sea lo más estable posible.

¿Hay Verdad en el mundo musical?

–Hay verdad en el mundo, y también hay mentira.

¿Con qué artistas se emociona?

–Hay un gran espectro de música que me emociona, de Pericón, Agujetas o Tía Anica, a Sam Cooke, de Rimsky-Korsakov a Fugazi o The Sadies.

¿Y con cuáles pierde las ganas de seguir viviendo?

–Ayer me topé en la redes con “El Conejo De La Suerte” de Kiko Rivera, y me dio automáticamente una micro-depresión.

¿Cuáles son sus proyectos de futuro?

–Mi segundo disco en castellano ya está casi 100% acabado. Iba a ser un EP de 6 canciones pero finalmente hemos decidido grabar 4 canciones más para completar un LP. Se llama “A Fuego” y estará en las calles antes de primavera de 2022. Es un disco muy especial donde adapto 10 palos flamencos a mi rollo, estoy entusiasmado con él. Tengo muchas ganas de poder presentar ya alguna canción, de hecho en Cádiz ya tocaremos algunas en directo

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