A veces pasan cosas en las costas de Cádiz, que por impredecibles y originales habría que publicitarlas en medio mundo, pero quedan para el disfrute de solo unos pocos privilegiados.
Son esas cosas que solo ocurren cuándo la bohemia, tomada como filosofía de vida, la aplicas a un negocio y, aparece la magia, una atmosfera que te engulle y te sorprende, por ejemplo cuando, de repente, ves al grupo sevillano, O'funk'illo, subidos al escenario con una ganas de guasa dignas de los momentos que hemos vivido últimamente. Con ganas de música en mayúsculas, y eso es lo que nos dieron.
En Zahora, donde la magia es tertuliana habitual de momentos irrepetibles, de los que se quedan grabados en las mentes de una manera natural y placentera.
Grupo sevillano, sí, aunque su prodigioso vocalista se apellide Lutz y tenga pinta de giri con buena planta, y su compañero, fundador de la banda junto a Andreas, la autentica fiera de las cuatro cuerdas de este país y que responde al nombre de Pepe Bao, viera sus primeras luces en la Galicia de las Meigas.
El show es difícil de describir. Con decir música sobrarían muchos adjetivos. Lo que nos ofrecieron no tuvo desperdicio.
Andreas Lutz, Pepe Bao y Miguel Lamas, otra fuerza de la naturaleza cuando tiene dos baquetas en las manos, y al que habría que dedicar mucho más que un artículo. Su nombre dará que hablar muchos años.
Completó la banda Pablo Márquez, un guitarrista que demostró porque estas vacas sagradas de la música han contado con sus habilidades.
Pero como estamos en la provincia gaditana, la magia no se va del todo, sigue surgiendo.
Parece que la cosa se acaba, pero se sube al escenario Rafa Kas, el anti estrella del rock, un tipo de verdad, de los que con capacidad para ser algo más que una rock star, apuesta por seguir siendo el y tocar a un altísimo nivel, donde este a gusto, sin rozar la barrera de la arrogancia.
Hablemos del repertorio, alternancia entre hits inmortales de O'funk'illo como el Nos vamos pal´keli, Riñones al Jerez o A´Jierro y unas improvisaciones, a ritmo de funk, pero también de rock, de blues... Pueden tocar lo que quieran y suena sublime.
Como resultó la noche zahoreña del jueves en Mira Que Bien, realmente sublime.
