La Audiencia de Sevilla ha suspendido finalmente el juicio previsto esta semana contra el hombre acusado de robar y asesinar supuestamente en julio de 2020 a una mujer de 54 años en una vivienda de la capital hispalense asfixiándola con una toalla y pegar después fuego a la escena del crimen, hechos por los que la Fiscalía reclama para él 30 años de cárcel. Tras la constitución del jurado popular este pasado lunes, para este martes estaba previsto el comienzo como tal de la sesión, si bien el encartado se encuentra ingresado en una unidad de cuidados intensivos (UCI) de un centro hospitalario, según fuentes judiciales.
Ante esta tesitura, y en un contexto en el que para este martes estaba fijada la comparecencia ante el tribunal y el jurado popular del acusado, identificado como J.A.G., la Audiencia ha resuelto finalmente la suspensión de la vista oral, que comprendía sesiones hasta el jueves de esta semana, y la disolución del jurado popular que había sido constituido para la misma. Así, el juicio habrá de ser promovido de nuevo con una nueva fecha de señalamiento y la conformación de otro jurado popular.
En su escrito de acusación, recogido por Europa Press, el Ministerio Público solicita para el encausado 23 años de prisión por un delito de asesinato; cinco años más de cárcel por un delito de robo con violencia con la agravante de reincidencia; otros dos años de prisión por un delito de daños mediante incendio, y el pago de una multa de 360 euros por un delito leve continuado de estafa, así como que indemnice con 60.000 euros a la hija de la víctima en concepto de daño moral y con 10.536,60 euros al propietario de la vivienda por los daños materiales causados.
La Fiscalía relata que los hechos acontecieron el 20 de julio de 2020, cuando el acusado consiguió hablar con la víctima a través de una página de contactos donde la misma se anunciaba, concertando ambos una cita para mantener relaciones sexuales a las 18,00 horas de ese mismo día.
EL ACUSADO CARECÍA DE DINERO PARA PAGAR
Por motivos de seguridad, la víctima le indicó únicamente la zona en la que se ubicaba la vivienda donde se iba a realizar el contacto, en la Macarena, desplazándose el investigado hasta dicha zona "con el designio, puesto que carecía de metálico para abonar el servicio sexual, de enriquecerse apoderándose de cuantos efectos de valor pudieran hallarse en la vivienda en que fuera atendido".
El Ministerio Público precisa que fue sobre las 17,50 horas cuando, ya en la zona indicada, la mujer facilitó al investigado el nombre de la calle, aunque no el número, que se lo remitió por WhatsApp a las 17,57 horas. Así, y tras franquearle la puerta, el acusado fue invitado por la fallecida a ducharse en el baño contiguo al dormitorio principal donde iba a tener lugar la relación, para lo que le facilitó una toalla.
Según expone el fiscal, el investigado, tras ducharse, accedió a dicho dormitorio, echándose entonces la mujer sobre la cama a fin de comenzar el acto sexual, de modo que el encausado aprovechó "la situación de indefensión que aquella presentaba y el supuesto propósito de la visita para, colocándose encima de ella y anudándole al cuello una toalla, proceder a presionar el mismo con objeto de darle muerte hasta producírsela por asfixia mecánica, empleando para ello tal fuerza física que llegó a fracturarle la primera costilla de ambos lados".
PEGÓ FUEGO A LA ESCENA DEL CRIMEN
Seguidamente, y según el relato del Ministerio Público, el acusado se hizo con los dos teléfonos móviles de la mujer y con una cartera que contenía su documentación personal y su tarjeta de crédito, tras lo que, "a fin de eliminar cualquier vestigio biológico que pudiera asociarlo al lugar", recogió una toalla que había empleado y, usando un medio no determinado, prendió fuego al colchón donde yacía el cadáver, abandonando a continuación la vivienda.
La Fiscalía asevera que el acusado actuó "con absoluto desprecio del riesgo" que su acción "pudiera entrañar para la vida o integridad física de las personas, al tratarse de una zona densamente poblada, si bien no consta que lo produjera de hecho", siendo los vecinos los que avisaron sobre las 19,32 horas de ese mismo día al Servicio de Extinción de Incendios, que halló a la víctima sobre la cama con quemaduras de tercer grado.
En el periodo comprendido entre que abandonó la vivienda y hasta que fue detenido por la Policía a las 21,40 horas del día 21 de julio, el investigado, "guiado asimismo de un ánimo de ilícito beneficio, se sirvió" de la tarjeta de crédito de la víctima, "fingiendo ser su legítimo titular", para abonar en un total de 16 ocasiones distintas compras y consumiciones en diversos bares, ascendiendo a 195,29 euros el importe de lo gastado con cargo a la cuenta de la que la fallecida era titular, siempre según el Ministerio Público.