El domingo voto, pero no sé a quien. Iré por la tarde al edificio de la Dirección Provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social de Sevilla, que es sede de un colegio electoral, y optaré por alguna de las
infinitas papeletas oferentes.
Como todo en la vida, también en esto soy un
indeciso. Tardé cuatro años en elegir y comprarme una cámara de fotos. Que si réflex, que si compacta, que si Nikon, que si Canon, que si los objetivos... Al final, lo conseguí y acerté. Las pasadas Navidades tuve serios problemas para escoger el roscón de Reyes. Sin relleno, nata, chocolate, trufa, cabello de ángel, crema pastelera... Claro que tardé, lo compré y me equivoqué.
Ahora, quieren que escoja en unos días entre las 34 candidaturas que se presentan en España, y que lo haga en un pispás. Intento informarme. Me empeño. Apenas encuentro propuestas de las formaciones políticas. Sólo recibo soflamas que han convertido la campaña electoral en una especie de
plebiscito para decidir si Begoña Gómez es culpable o no sin ser juzgada. El único formato que encuentro para recibir información sobre los programas de los candidatos a las europeas son esos farragosos
debates televisivos, encorsetados como pocos, en los que, además, se acaba hablando de política nacional y de los riesgos de hacer buenas migas con los ultra y los independentistas.
Bueno, busco en mi entorno. Pregunto a algunos compañeros y compañeras. Lo tienen claro, pero sus argumentos son también en
clave nacional. Nadie me dice con qué papeleta le iría mejor a Andalucía en el marco de la UE. Indago también en lo más inmediato, en lo cercano. Me pregunto por dónde andan los andalucistas y encuentro una candidatura que se autodefine de unidad andaluza para las elecciones del 9 de junio bajo el nombre de
Ahora Andalucía. Puede ser una opción con la evidencia de que es tirar un voto ya que, salvo intercesión de Blas Infante, no logrará representación. Ya ven. He puesto en negro sobre blanco mis reflexiones, pero aún estoy más dubitativo y titubeante que al principio. Eso sí, tengo la certeza de que la campaña ha sido un dislate y la consecuencia inmediata puede ser una baja participación que, por otro lado, no sería sorpresa alguna debido a los precedentes. La gran incógnita es saber si el
PP ganará sus primeras comicios europeos en Andalucía y con eso completa su
hegemonía electoral en la comunidad.