El Gobierno, a través de la Dirección General de la Costa y el Mar, ha expresado las dudas sobre "eficacia" y "riesgo" de edificar un pantalán para facilitar el acceso a la playa en la zona de El Toyo en Almería como solución contemplada ya en 2016 para que los bañistas pudieran adentrarse en el mar ante la presencia de "bolos y zonas rocosas" en este espacio turístico de la capital.
El Ejecutivo ha trasladado su interés en "volver a analizar" las posibles soluciones demandadas por el Ayuntamiento de Almería, la entidad urbanística de conservación y los hoteles de esta zona pese a los cinco estudios previos elaborados en 2016 para atajar este problema, que contemplaban entre las posibles soluciones la construcción de espigones y pasarelas.
En una respuesta parlamentaria recogida por Europa Press, el Gobierno ha indicado que se van a volver a buscar posibles soluciones tras el análisis de este espacio, en esta ocasión, con el apoyo del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex); un organismo público adscrito a los ministerios de Transportes y para la Transición Ecológica que busca soluciones de vanguardia en materia de ingeniería civil.
En esta línea, y antes las cuestiones planteadas por el diputado nacional del PP Miguel Ángel Castellón sobre las actuaciones para regenerar El Toyo e instalar una pasarela, desde el Gobierno aseguran que la playa "no precisa una actuación de regeneración" dado que su problemática pasa por la "misma naturaleza de la playa, sus condiciones naturales, por la presencia de bolos y zonas rocosas en el acceso al baño".
Fue en junio de 2016 cuando la entonces delegada de Gobierno en Andalucía Carmen Crespo y el que era alcalde de Almería, y actual senador, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, presentaron un estudio con cinco alternativas para las playas de El Toyo, cuyo principal problema se encuentra en la dificultad de acceso de los bañistas una vez en el agua ante el fondo rocoso de la playa.
Las opciones entonces pasaban por la construcción de dos pequeños espigones por 32.000 euros que amplíen la línea de orilla, hasta la construcción de dos pasarelas de unos 43 metros de largo cada una por valor de 472.000 euros que llevara a los bañistas hasta el mar.
Otras alternativas consistían en construir una única pasarela en la zona de Poniente de la playa o en acudir a una solución mixta de pasarela y espigón. En cualquier caso, se ha indicado el "atractivo" que supondrían estas pasarelas, que podrían ser "desmontables".
