Miles de inmigrantes residen en asentamientos chabolistas y cortijos abandonados junto a los principales puntos de producción agrícola de la provincia de Almería, lugares levantados a pulso con lo primero que se tiene a mano en los que las ONG se han convertido en los grandes aliados de estas personas en tierra de nadie.
Sólo en Níjar, el municipio almeriense con mayor extensión territorial, en el que se reparten buena parte de estos precarios poblados, trabajan entidades como Cruz Roja, Médicos del Mundo, Cáritas Diocesana de Almería, Convive Fundación Cepaim, Federación Andalucía Acoge, las Mercedarias de la Caridad, Mujeres en Zona de Conflicto, y el Servicio Jesuita de Migraciones (SJM-Almería).
“Este año hemos atendido a unas 3.500 personas. En comparación con años anteriores ha aumentado la cifra, aunque el número de asentamientos sigue siendo el mismo. No hemos encontrado más poblados”, explica a EFE Alicia Guirado, técnica en el Departamento de Inmigrantes de Cruz Roja Almería.
Los miembros de esta entidad sin ánimo de lucro intentan proveer a los residentes con lo más básico, desde agua a alimentación, pasando por productos de higiene y cuidado personal. “También intentamos que su vida sea un poquito más digna”, incide Guirado.
Todo ello sin olvidar los problemas idiomáticos a los que se enfrentan estas personas a la hora de asistir, por ejemplo, a un centro de salud, por lo que además de clases de castellano, los voluntarios también realizan labores de acompañamiento y traducción.
“Salimos dos veces en semana, como mínimo, para hacer repartos y seguimiento en los asentamientos. También tenemos talleres y clases, como el de castellano. Sin el idioma, estas personas no pueden salir adelante”, asevera. A ellos se suman otros de salud e higiene, repartos específicos de juguetes en Navidad o de material escolar en septiembre, con el inicio del curso, etc.
Y eso sin dejar de lado la capacidad de reacción de reacción de la ONG en momentos críticos. Por ejemplo, sólo durante los dos primeros meses del confinamiento por la covid-19, Cruz Roja realizó que en asentamientos la cifra de 4.413 atenciones, facilitando 'kits' de alimentos y productos de primera necesidad e higiene.
Porque la mayoría de ellos habitan cortijos rehabilitados o casas levantadas con palés, plásticos y restos agrícolas para encontrarse lo más cerca posible de los invernaderos en los que trabajan, pero también por la inexistencia de vivienda normalizada o la dificultad para acceder a ella por bajos recursos o por prejuicios, o por miedo debido a su situación irregular. Algo que supone un importante muro para que puedan normalizar sus vidas sin ayuda.
Médicos del Mundo
Otra de las entidades que actúan en Níjar es Médicos del Mundo Andalucía, cuyos equipos de intervención sociosanitaria atendieron en 2023 a más de 1.500 personas migrantes residentes en los asentamientos de infraviviendas de Almería.
Según los datos ofrecidos por la ONG a EFE, en este período, realizaron más de un centenar de derivaciones y orientaciones a servicios sociosanitarios y alrededor de mil de atenciones psicológicas. También impartieron talleres individuales sobre el derecho a la salud, el uso del sistema sanitario y sobre autocuidados e higiene íntima.
De igual modo, llevaron a cabo el reparto de ayudas para alimentación y otros productos básicos. Además, realizaron test rápidos de VIH, sífilis y talleres sobre prevención y adherencia al tratamiento de la tuberculosis, y gestionado ayudas económicas para medicación.
“La intervención sociosanitaria con personas migrantes residentes en asentamientos de infraviviendas es esencial para garantizar su bienestar y poner fin a la marginación y la exclusión social a la que se ven sometidas. Estas personas viven en condiciones extremadamente precarias, sin acceso a servicios esenciales como la atención sanitaria, el agua corriente o la electricidad”, dicen.
Asimismo, Médicos del Mundo forma parte de la Mesa del Tercer sector de Inmigración de Níjar, en el que se coordinan acciones e intervenciones en los asentamientos de la localidad, como por ejemplo, garantizar el acceso a la salud y el acceso a una vivienda digna, todo ello en coordinación con el Ayuntamiento.