Decretan tres días de luto en Abla, donde residían las menores fallecidas

Abla (Almería) ha decretado tres días de luto oficial por la muerte violenta de las dos niñas de 2 y 4 años, presuntamente a manos de su padre -quien después se habría suicidado-, según ha informado a EFE Javier Sánchez, alcalde de esta localidad donde residían las menores junto a su madre.

El crimen por posible envenenamiento, que la Guardia Civil investiga como posible violencia vicaria como principal hipótesis, tuvo lugar anoche en un cortijo de la pedanía del municipio de Alboloduy; el regidor de Abla ha detallado que tanto la madre como sus hijas residían en esta última localidad desde hace unos dos o tres años.

"Ella había sufrido malos tratos, tenía una orden de alejamiento de su expareja y vino huyendo con sus niñas a refugiarse de él a Abla, donde se estaba buscando la vida", ha indicado Sánchez, quien desconoce por qué anoche las menores -una de las cuales estaba escolarizada- se encontraban fueran del pueblo con su padre.

El alcalde ha contactado con la madre -quien se encuentra "en estado de shock"- para trasladarle su pésame y prestarle todo el apoyo del Ayuntamiento y de los servicios sociales: "Vamos a ayudarla en todo lo que podamos", ha asegurado.

En la localidad de Abla, que se encuentra "totalmente impactada" por lo ocurrido, se han decretado tres días de luto y está previsto que se celebre una concentración y la lectura de un manifiesto a la 1 de la tarde en la plaza del Consistorio.

Los hechos tuvieron lugar anoche, cuando una mujer de nacionalidad rumana llamó la Guardia Civil para alertar de que su expareja, un hombre de 35 años también rumano, y sus hijas habían ingerido una sustancia venenosa, según han informado a EFE fuentes próximas a la investigación.

El hombre tenía antecedentes por violencia machista y una orden de alejamiento de su expareja en vigor, según las mismas fuentes, que han traslado que el crimen vicario es la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores para esclarecer este suceso ocurrido en Las Alcubillas, una pedanía compartida entre los municipios almerienses de Alboloduy y Gérgal.