Ha sostenido que aprovechó que el padre del menor, Ángel Cruz, trabajaba el 27 de septiembre del año pasado para llevarse al niño a una finca
El letrado Francisco Torres, abogado que ejerce la acusación particular en la causa contra Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, ha reiterado hoy que el pequeño estuvo "cerca de una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada".
Durante su intervención en el inicio de la vista con jurado popular, ha mantenido que la muerte del menor no pudo ser un accidente, como mantiene la defensa de Quezada, asegurando además que "no cabe tanta maldad, hacer tanto daño a un niño" como el que, afirma, ha hecho la acusada.
Ha sostenido que aprovechó que el padre del menor, Ángel Cruz, trabajaba el 27 de septiembre del año pasado para llevarse al niño a una finca de Rodalquilar (Níjar, Almería), bajo cualquier "pretexto", un lugar "donde nadie te va a escuchar, apartada del mundo".
"En esa finca mata al niño", ha dicho Torres, quien ha negado que Gabriel muriese por asfixia directamente, sino que primero sufrió diversas lesiones, y que fue cuando Quezada iba a enterrarlo cuando se dio cuenta de que respiraba y lo asfixió.
Ha mantenido que de ser un accidente, pudo llamar al 061, a la Guardia Civil o a cualquier servicio de emergencias para socorrerlo, cosa que no hizo.
También ha dicho que "se le fue de las manos" porque no esperaba que hubiese una afluencia tal de personas en un pueblo con unos cincuenta habitantes, y ha apuntado que el móvil de Quezada fue doble, "económico" y porque "Gabriel le estorbaba". "Jamás he visto escenas de tanta maldad", ha añadido.