El Plan de Reindustrialización de Gádor (Almería), suscrito en enero de 2019 entre distintas administraciones y la cementera Cemex para la promoción de proyectos con 116 millones de euros de inversión y la creación de cerca de 400 empleos directos e indirectos tras el cierre de la cementera, se encuentra aún a la espera de que se materialice el grueso de las actuaciones que preveía para la zona seis parques solares, una planta de áridos, una de hormigón, una planta de residuos sólidos y la explotación de mármol travertino.
Hasta el momento, dos de los seis parques solares fotovoltaicos proyectados a través del Plan de Reindustrialización se encuentran aún en tramitación pendientes de la autorización ambiental y sustantiva, según los datos que maneja la Secretaría General de Industria y Minas de la Junta de Andalucía, a los que ha tenido acceso Europa Press.
A lo largo del pasado verano se han dado por concluidos los periodos información pública para los proyectos de parque fotovoltaico Benahadux y Los Naranjos, de los que ya se han presentado la Autorización Administrativa Previa y la de Construcción.
Ya en noviembre de 2018, Avintia realizó el depósito de las garantías en la Caja General de Depósitos correspondientes a estos dos parques incluidos en la primera fase, ya que de acuerdo con el protocolo firmado entre administraciones y empresa, se prevé la instalación de un total de seis plantas.
La instalación de estos parques supone la actuación de mayor envergadura por la inversión y la que mayor generación de empleos en su fase constructiva va a generar en la zona. La promotora realizó el 5 de abril de 2019 los depósitos de garantías de dos de los cuatro parques previstos en la segunda fase, Tabernas I y Tabernas II.
De otro lado, en junio de 2021 se autorizó por parte de la Junta el arrendamiento parcial de dos de las cuadrículas de la concesión minero Piconero por parte de Cemex a Compañías Mineras del Sur SA para la explotación de recursos como caliza y kieselgur, dentro del proyecto para la explotación de mármol travertino que preveía una inversión global de 400.000 euros y la generación de cinco puestos.
Los proyectos para las plantas de tratamiento de áridos y la planta de hormigón incluidos en el Plan de Reindustrialización, cuya puesta en marcha se retrasó a septiembre del pasado año a causa de la pandemia de covid-19, puesto que su arranque inicial estaba fijado en abril de 2020, siguen sin ponerse en marcha.
A pesar de que desde la Administración andaluza se autorizó en noviembre del año pasado el contrato de prestación de servicios entre Cemex y Explotaciones Arrioca SL para la planta de tratamiento de áridos, la entrada en servicio de la misma no consta aún al Gobierno andaluz, así como tampoco la planta de hormigón que se había autorizado.
De acuerdo al protocolo firmado entre administraciones y empresa, la estimación de volumen de empleo para ambas plantas es de 23 puestos de trabajo y suman una inversión de 850.000 euros, aunque de momento no se han generado empleos.
En cuanto al proyecto para la Planta de Tratamiento de Residuos y su valorización, tanto de residuos plásticos como de biomasa, se encuentra en la misma fase inicial en la que se concibió. Con Comburec como socio industrial de Cemex, su desarrollo quedó en fase embrionaria ya que, a lo largo de 2019, la cementera sólo mantuvo reuniones con empresas gestoras de residuos de Almería para clasificar y cuantificar los residuos.
Según el Protocolo General de Actuación firmado por Junta, Gobierno central y Cemex en junio de 2018 ante el cierre de la planta cementera de Gádor y la pérdida de alrededor de 300 puestos de trabajo en la comarca, la inversión estimada es de 116 millones de euros y debería crear 357 empleos durante la fase de construcción y 36 en la de explotación. La fecha estimativa de arranque del proyecto que se dio entonces era marzo de 2019.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la Junta de Andalucía y la multinacional Cemex firmaron en enero de 2019 sendos acuerdos para impulsar los distintos proyectos alternativos diseñados para el aprovechamiento de las instalaciones que se localizan en Gádor después de que la cementera confirmase que no había vuelta atrás en el cierre y el ERE extintivo que afectaba a un centenar de trabajadores desde el día 31 de diciembre de 2018 y a unos 300 empleos, entre directos e indirectos.