El Gobierno está prácticamente convencido de que José Luis Zapatero ocupará su silla en la segunda cumbre del G-20, que se celebrará en Londres el 2 de abril, una cita para la que espera contar con el aval del primer ministro británico, Gordon Brown, y del nuevo presidente de EEUU, Barack Obama.
Esta semana, un día antes de que Brown anunciara en la Cámara de los Comunes la fecha de la reunión, Zapatero aseguró que el Ejecutivo tiene una “estrategia” para consolidar su presencia en el G-20, pero no desveló sus ejes.
Fuentes del Gobierno explicaron a Efe que Zapatero defenderá su participación en la reunión de Londres con los mismos argumentos “objetivos” que respaldaron su asistencia a la primera cumbre, celebrada en Washington con el presidente estadounidense, George W. Bush, como anfitrión.
España es la octava potencial mundial, recordaron estas fuentes, y su sistema financiero ha demostrado una probada solvencia ante las turbulencias internacionales. A esta tesis Moncloa añade dos datos “importantes” que garantizarían el viaje de Zapatero a Londres: el anfitrión será en este caso Brown, el primer líder europeo que respaldó públicamente la presencia de España en Washington, y Obama estará ya al frente de la delegación de EEUU.
Por el momento, el Ejecutivo no ha iniciado sus gestiones, ya que sólo se conoce la fecha y el lugar de la segunda cumbre, pero es probable que Zapatero dé los primeros pasos para asegurar su puesto en el próximo Consejo Europeo, que se celebrará en Bruselas el 11 y el 12 de diciembre.
En ese foro tendrá ocasión de conversar con Brown y se verá de nuevo con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, uno de sus principales valedores en la reciente cumbre de Washington.
Además del apoyo de Brown y Sarkozy, Zapatero aseguró que cuenta con “buenos amigos” y apoyos, y añadió a la lista a los otros dos países europeos miembros del G-20: Alemania e Italia.
Por otra parte, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, propuso ayer dar un “nuevo impulso político” en la lucha contra la pobreza con la creación de un alto representante de Naciones Unidas encargado de coordinar las políticas de cooperación con los países más pobres.
Moratinos hizo esta oferta durante su discurso en la Conferencia de Financiación para el Desarrollo de la ONU que se celebra en Doha, en el que advirtió de que la lucha contra la pobreza es una de las “condiciones esenciales” para superar la crisis mundial.