Para muchas personas, septiembre significa un nuevo comienzo de año, una nueva oportunidad para cumplir propósitos, plantear nuevos objetivos y adquirir nuevas metas.
Uno de esos nuevos objetivos suele ir enfocado a la pérdida de peso y como vemos las navidades a la vuelta de la esquina, normalmente el propósito siempre es perder x kilos antes de navidad.
Este objetivo suele ser irreal en la mayoría de los casos. Tenemos que tener en cuenta que al igual que nos ha llevado mucho tiempo coger los kilos que tenemos de más, del mismo modo tiene que ser la pérdida, progresiva. No podemos deshacernos del peso que hemos cogido durante mucho tiempo en solo 3 meses.
Así que antes de proponernos metas inalcanzables o marcarnos un peso que sabemos que nos va a resultar muy complicado alcanzar es preferible que valoremos como va yendo nuestra pérdida de peso, ya que existen muchos factores que la dificultan, como los cambios hormonales entre ellos la menopausia o la semana previa al periodo, el estreñimiento, el mayor o menor ejercicio físico, etc.
Una vez valorada la medida en la vamos perdiendo podemos, por supuesto, ponernos un objetivo, pero un objetivo real, un objetivo que podamos mantener porque como sabemos de nada sirve hacer un esfuerzo extremo para ver que bajo del 70 al 69 cuando sé que 70 es un peso que puedo mantener en el tiempo y el 69 solo voy a verlo un día en un momento determinado y ya está.
Siendo consciente de todo esto, llevaremos la pérdida de peso mucho mejor, sin tanto agobio ni presiones, si no disfrutando del cambio, de cómo nos vamos encontrando, de los beneficios que vamos notando y sobre todo del aprendizaje que estamos obteniendo