La tarde se llena de luz al paso de los Cerillitos

La tarde se presentó fría, con viento del suroeste, para recibir a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de la Piedad, conocida popularmente como los Cerillitos. La plaza de España se llenó de familias y muchos carritos con niños pequeños, y el Cristo de la Misericordia, puntual, solemne, con un paso lento, muy lento, sentó su presencia en la plaza de España. El tono aceitunado de la piel del Cristo crucificado y muerto destacaba sobre un cielo con pocas nubes, mientras las cigüeñas que anidan en la Iglesia Mayor Prioral se disponían a descasar. La primera chicotá, muy larga, se mereció el aplauso del público.
A las siete y media de la tarde aparecía el paso de palio con toda la candelería encendida, al igual que salió el Cristo de la Misericordia. Nuestra Señora de la Piedad deleitó al público con una primera chicotá que superó los trece minutos, paso a paso. Sin aspavientos, como toda una señora, fue recorriendo el largo tramo que va desde la puerta de la Prioral hasta bien entrada la calle Doctor Muñoz Seca.