La máxima autoridad de la ciudad y responsable del presente de Jerez demuestra continuamente que gobierna a impulsos y a base de llamadas de atención de su partido
La destitución del delegado municipal de Juventud, Distrito Norte y Ciudad del Flamenco, Francisco Benavent, por ser una de las voces críticas en el seno de su partido y de su equipo de Gobierno y la posterior vuelta atrás tras el toque de atención de las altas esferas del PSOE no viene sino a demostrar una vez más que Pilar Sánchez gobierna a base de impulsos y de rectificaciones impuestas desde Cádiz y Sevilla.
No es la primera vez, ni tampoco será la última. El nombremiento del ya dimitido jefe de Gabinete de Alcaldía, Juan Carlos Jiménez, además de ser criticado por los partidos de la oposición, encontró opositores en el seno de su propio partido. En Jerez y Cádiz.
En la destitución de los asesores ha ocurrido tres cuartos de lo mismo. Su propio equipo de Gobierno y la ejecutiva local del PSOE discreparon en los nombres y las maneras de hacer las cosas que tiene Pilar Sánchez.
Las voces críticas en el grupo de delegados municipales son muchas, como se ha demostrado en los casi tres años de mayoría absoluta de Sánchez, pues además del excesivo protagonismo que reclama en proyectos trabajados por técnicos y delegados municipales, critican unas formas a veces contradictorias de gestionar el Ayuntamiento. Es como si no supiese llevar los mandos del Fórmula Uno que tiene la suerte de pilotar. Al final, casi siempre, acaba rectificando. Pero tarde y mal.