Un globo, dos globos, tres globos, la luna es un globo que se me escapó...Así empieza una canción infantil que compusieron Gloria Fuertes y Josep Solá, además de haber sido un programa infantil y juvenil estrenado en TV española, allá por los años 70. Pero no es de canciones ni programas infantiles de lo que quiero hablar, sino de teatro. Sí, del teatro que ha montado EEUU para acusar a China y de intentar convencer al mundo de la amenaza que este país supone con sus globos espías (hasta tres objetos han sido abatidos después del aerostático lanzado por Pekín y que al final han reconocido que ni eran chinos, ni se dedicaban a espiar).
¡Qué manera de abombar el asunto! Que no ha sido sino un simple incidente aéreo de un globo con objetivos científicos y civiles, según Quian Yaxu, investigadora del Centro de Estudios de la Universidad Jiaotong Southwestern de EEUU, la cual sostiene que la razón por la que dicho país está promoviendo este suceso, es sin lugar a dudas, para conseguir las propuestas de defensa contra la amenaza militar china.
Parece ser que Washington está exagerando este acontecimiento en un marco diplomático nocivo para la reparación de las relaciones entre ambos países, minando la dirección de la supresión de la tirantez bilateral.
Pekín negó las acusaciones y aunque admitió que el globo era suyo, aseveró que solamente tenía objetivos científicos y civiles, al tratarse de un globo meteorológico que se desvió hacia suelo estadounidense por un caso fortuito, no con fines militares. Sin embargo, también China denuncia que diferentes dispositivos aéreos estadounidenses hayan realizado más de diez invasiones de globos en su territorio en un año de manera ilegal.
¡Cuánta tensión, por Dios! Lo cierto es que EEUU depende en gran medida de las manufacturas chinas y China depende de las inversiones millonarias norteamericanas. Y lo que está muy claro es que EEUU también teme a China por su propuesta geopolítica, que consiste en que el orden geopolítico no sea dominado solamente por una sola potencia. Sabemos que existe una economía globalizada, con agrupaciones económicas como las formadas por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, la llamada BRICS, lo cual significa un reto contra los intereses económicos estadounidenses. Así que, como vengo diciendo en otros artículos, el imperialista, que actualmente domina el mundo, tiene miedo a perder su hegemonía, y no es que lo diga yo, por lo que suelo leer en prensa independiente, sino que incluso el Secretario de Estado, Anthony Blinken, reconoce que Pekín es una amenaza para los intereses de la Casa Blanca. Lo dijo el 18 de octubre de 2022, en un discurso, admitiendo que el país norteamericano tiene interés en liderar el orden internacional frente a la que considera su mayor amenaza: la República Popular China. Tanto es así, que en algunos estados, como Texas, por ejemplo, se está elaborando una ley para prohibir a los ciudadanos chinos que se compren propiedades en el estado por “seguridad nacional”. Es la propuesta ley llamada SB 154, presentada en noviembre de 2022 por la senadora republicana Lois Kolkshorst para salvaguardar los intereses estadounidenses.
Y para finalizar, y como dice Qian Yaxu: “Los métodos modernos de reconocimiento y vigilancia utilizan, principalmente, satélites de órbita baja, mientras que el método de reconocimiento está obsoleto y la velocidad de vuelo de los globos meteorológicos es muy baja y las condiciones climáticas pueden llevarlos lejos de su objetivo previsto”. El Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos reconoce que los globos meteorológicos pueden elevarse hasta los 32 kilómetros de altura y el chino, derribado por los americanos, sobrevolaba a unos veinte kilómetros del suelo.
Así que, concluyendo, un globo, dos globos, tres globos, no, sino hasta novecientos artefactos aéreos se lanzan diariamente desde lugares diferentes del mundo. Pero claro, a EEUU le conviene jugar con la opinión pública.
