Los vecinos esperan que continúen las actuaciones pendientes en la zona.
La Plaza Madre Teresa de Calcuta, junto a la parroquia del Santo Cristo, ha visto mejorada en la última semana la iluminación tras las demandas de varios feligreses y vecinos. La demanda venía fundamentada en la falta de iluminación y en la disparidad de modelos de farolas existentes, además de insuficientes e inapropiadas para una plaza. Las reclamaciones de los feligreses y vecinos, de las que ya se hizo eco este periódico, se han traducido en una rápida respuesta por parte del Ayuntamiento isleño, que ha cambiado las farolas y ha unificado el modelo.
La ampliación de la Plaza Madre Teresa de Calcuta, como consecuencia de la modificación del tráfico, no incluyó nueva iluminación, por lo que ahora el Ayuntamiento, a través de la Delegación de Vías y Obras, ha procedido a la colocación de dos farolas nuevas en la zona que quedaba sin iluminar, al margen de mejorar la iluminación existente hasta entonces, que resultaba insuficiente, hasta el punto que desde la propia parroquia se había señalado ya a finales del pasado año la necesidad de mejorar la iluminación, sobre todo por los niños que reciben la catequesis en la parroquia y que se encontraban a oscuras cuando salían de las dependencias parroquiales.
Otras mejoras pendientes
La colocación de las nuevas farolas y la reparación de las existentes suponen un paso importantísimo para los vecinos y mucho más lo serán en el próximo otoño. Sin embargo, los feligreses y vecinos reclaman el adecentamiento del muro que separa la plaza de la calle San Ignacio. Al margen de las pintadas, la pérdida de la capa de cemento y las grietas que presenta este pequeño muro, invitan a una pronta rehabilitación del mismo, además de los escalones que dan a la plaza, algunos de los cuáles se encuentran rotos.
La plaza es usada por muchos vecinos en estos meses de verano, por lo que reclaman una mayor atención, además de la reposición de una palmera, o en su caso, la eliminación de un alcorque sobre el que se erigía una palmera que murió ante el retablo cerámico que colocó la hermandad de los Afligidos con motivo de su cincuentenario fundacional. De momento, los vecinos y feligreses se encuentran satisfechos por este importante cambio y por la mejora de la iluminación, y ahora esperan que la plaza reciba la atención necesaria para acondicionar la plaza y su deterioro.