Todos llevamos dentro algo de Drácula. Lo disimulamos, pero yo diría que hasta suspiramos por tener colmillos y cuellos más o menos disponibles y tiernos donde hincar el diente. Lo de la estaca ya es otro cantar, pero pienso que en el fondo nos gusta la sangre, si puede ser, con tomate. Como todo el mundo sabe, la sangre suele ser roja, pero, cuando me hacen algún análisis, siempre le digo a la enfermera que me avise si observa que sale azul para irme corriendo a la Zarzuela y empezar una nueva vida borbónica que es la mejor que haycon diferencia. Sin embargo, siempre me dice que me olvide de ser rey, que tengo que seguir tragando manicomio. Me he conformado viendo cómo se lo ha montado Carlitos en Londres y la de pamplinas del siglo XIV que hemos tenido que aguantar en pleno siglo XXI.
Bueno, pues me he enterado de que el doctor José Manuel Revuelta Soba, más cañaílla que el Observatorio, va a dar una conferencia este martes día 9 a las 7,30 h., titulada Los asombrosos caminos de la sangre desde Aristóteles. Al parecer, la sangre viene revuelta. Será en el Centro de Congresos, y, como siempre, la organiza la Real Academia de San Romualdo. Está claro que, como siempre, usted tendrá que adivinar que allí se va a dar una charla tan interesante, porque no se pondrá ningún anuncio que lo anime a asistir. Y mira que son hermosas las cristaleras exteriores de que dispone el Centro. ¿A ningún político se le ocurre que tiene ese espacio extraordinario para poner un pedazo de cartel o unas lucecitas que anuncien lo que se está llevando a cabo dentro del Centro? Ni con la semana santa ha habido problema, ni con el carnaval. No debería haberlo con una Academia que martes tras martes va dando la cara por la cultura en La Isla; allí abajo, en un hueco, en un rincón medio iluminado, como muy tímidamente, aparecen anunciadas las cosas que van a tener lugar durante la semana o el mes. Insuficiente.
Volviendo a la sangre, no me podía yo imaginar que la sangre llevaba caminando tantísimos años. Porque he leído en la biblioteca del manicomio que Aristóteles nació en Grecia en el año 384 a.C., es decir, que desde hace 2407 años por lo menos la sangre ya estaba caminando.Aristóteles era un máquina. Decía que pensamos con el corazón, y que el cerebro solo se dedica a enfriar la sangre proveniente del mismo después de haber pensado. Aquí en el manicomio no es que pensemos con el corazón, es que no pensamos y por eso hay poco que enfriar.
Muchos locos quieren ir a esta conferencia para ver por dónde y cómo camina la sangre si no tiene piernas. Yo, por mi parte, aunque no se anuncie como se debiera anunciar, lo anuncio desde aquí, porque me parece que va a estar muy interesante y amena. Hay que tener en cuenta que la asistencia es gratis y ya sabemos que todo lo que es gratis triunfa en La Isla. Seguiré insistiendo en el tema del anuncio de los actos que se programen en el Centro de Congresos, porque estoy convencido de que la letra con sangre entra, o mejor dicho en este caso, la sangre con letra entra. Al que no vaya a escuchar la conferencia le hemos preparado una sorpresa. Le vamos a dar en el cerebro un buen ladrillazo en calientea ver quién es capaz de enfriar, como decía Aristóteles, el montón de sangre que le va a gotear por las orejas. Pasaremos lista.