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Viernes 15/11/2024
 
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Andalucía

El jurado declara culpable por unanimidad al presunto parricida de Albolote

El tribunal popular ha tenido en cuenta la confesión del propio procesado y la autopsia de los fallecidos y los distintos informes elaborados por la Guardia Civil al respecto

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El jurado ha considerado por unanimidad culpable de dos homicidios al hombre acusado de matar a golpes a sus padres el verano pasado en el cortijo que el matrimonio poseía en el paraje Pago de la Joya, en Albolote (Granada). Tras hora y media de deliberaciones aproximadamente, el tribunal popular ha tenido en cuenta la confesión del propio procesado y la autopsia de los fallecidos y los distintos informes elaborados por la Guardia Civil al respecto, informaron a Europa Press fuentes del caso.

Todo, después de que en la sesión del juicio que comenzó el martes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada la Fiscalía decidiera rebajar su petición de pena de 34 a 24 años argumentando que, en lugar de asesinato, como fueron calificados los hechos en un primer momento, el procesado cometió dos homicidios sin la agravante de alevosía, ya que todo fue consecuencia de un "manejo explosivo de la ira" tras una breve discusión.

La defensa, que pedía inicialmente la libre absolución, se adhirió además parcialmente a la solicitud del fiscal, dejando a criterio del magistrado-presidente del tribunal la imposición de pena por los delitos de homicidio, petición que hoy ha ratificado tras conocer la decisión del jurado.

El acusado, de iniciales E.A.P. y 47 años, se declaró culpable de lo sucedido, e hizo ante el tribunal un breve relato de lo que ocurrió el 26 de agosto de 2009, a las 10,30 horas, cuando llegó a la casa familiar acompañado de su hija y el novio de ésta para recoger útiles y materiales de la construcción y devolver unos regalos, ya que la relación entre padres, hijo y nieta se había deteriorado últimamente.

Según explicó, la abuela había iniciado una discusión con la nieta, que pidió auxilio a su padre, y éste acudió adonde se encontraban ambas para defender a su hija. Fue entonces cuando el padre le agredió con una azada en la cabeza al inculpado, que, tras levantarse "un poco mareado" del suelo pero consciente, le asestó al primero "varios golpes" que le dejaron inmóvil. "Y con mi madre fue igual", señaló el acusado, que en ese momento no sabía que había matado a sus padres y que después esperó hasta que llegaran al lugar agentes de la Guardia Civil y de los servicios sanitarios que certificaron los fallecimientos.

Para la Fiscalía, E.A.P. no tenía intención de matar a sus padres cuando llegó al domicilio familiar, ni buscó una situación de indefensión para acometer su agresión. Lo que pasó aquel día fue producto de un "descontrol" de su agresividad tras una breve pelea con su padre, con quien no mantenía entonces una buena relación. Por eso, ha decidido rebajar su petición inicial, teniendo en cuenta la confesión de los hechos y el deseo de reparar el daño, ya que el hombre ha renunciado a la herencia a favor de sus hermanos.

PENA Y CONDENA

El abogado de la defensa fue más allá y transmitió al jurado el "pesar" de su defendido, que considera "que no hay años que pueda cumplir en un centro penitenciario para resolver sus problemas personales con la familia". Según apuntó el letrado, E.A.P. está cumpliendo su propia pena, la que tiene por haber acabado con la vida de sus padres y por la relación que hoy tiene con el resto de sus familiares, que le han abucheado e insultado a la entrada a la Audiencia Provincial. Ahora tendrá que pagar su condena, si el jurado lo declara culpable, en la cárcel.

"Es una persona normal, es trabajador, encargado de obra, tiene a su mujer y a sus hijos. Sufrió un descontrol de sus impulsos y un ataque de ira con gravísimas consecuencias que no tienen justificación ni pueden ser exculpadas pero que pueden explicarse de alguna manera en las desavenencias familiares y en la discusión que mantuvo previa a la agresión", apuntó el abogado, que consideró por otra parte que es ajustada a derecho la pena solicitada por el fiscal, aunque su imposición la haya dejado al arbitrio del magistrado-presidente.

En su derecho a la última palabra, E.A.P. dijo seguir "empeñado" en pedirle perdón a sus hermanos, "que son los que más están padeciendo por esto". "Jamás en la vida quise hacerle daño a mis padres", aseguró.

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