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Viernes 08/11/2024
 

Andalucía

María Jiménez: de la muerte de su hija a la historia de amor y odio con José Sancho

María del Rocío, de 16 años, fallecía el 8 de enero de 1985 en un fatal accidente de tráfico. Con su Sancho vivió una relación muy turbulenta

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  • Primera boda de María Jiménez y Pepe Sancho en 1980. -

Tras el fallecimiento de María Jiménez este jueves 7 de septiembre, todos los que la conocieron coinciden en destacar de ella su energía desbordante, su alegría contagiosa y sus ganas de beberse la vida a tragos. Sin embargo, y a pesar de llegar a lo más alto en el mundo de la música y convertirse en una de las artistas más queridas de nuestro país, su historia estuvo repleta de sinsabores, y especialmente dos marcaron su existencia y le impidieron llegar a ser realmente feliz.

El primero de ellos, la muerte de su hija María del Rocío a los 16 años en un accidente de tráfico, un trágico episodio que nunca pudo superar. Y el segundo, su historia de amor odio con el actor Pepe Sancho, con el que llegó a casarse en tres ocasiones y al que denunció por malos tratos tras revelar que la tenía literalmente "machacada". Recordamos los dos grandes dramas que marcaron la vida de la cantante de 'Se acabó'.

LA TRÁGICA MUERTE DE SU HIJA ROCÍO

Sin duda, el golpe más duro para María, que nunca llegó a superar la pérdida de su hija, a la que tuvo con 18 años cuando daba sus primeros pasos en el mundo del espectáculo. María del Rocío, de 16 años, fallecía el 8 de enero de 1985 en un fatal accidente de tráfico en la carretera Madrid-Cádiz que dejaba varios muertos y heridos. La artista se sumió en una profunda depresión, y es imposible no recordarla absolutamente devastada e incapaz siquiera de caminar en el entierro de su 'niña'.

"Tuve una hija preciosa, que no me gusta hablar de este tema porque me pongo muy triste, porque igual que Dios me la dio, me la quitó, quitándome las ganas de vivir" confesaría años en el programa 'Lazos de sangre', en una de las escasas ocasiones en las que habló públicamente de la muerte de Rocío, "una herida que se va cerrando pero el dolor no. Lo vas colocando en un sitio para que te deje vivir y caminar".

SU HISTORIA DE AMOR ODIO CON PEPE SANCHO

La de María y Pepe Sancho fue, sin duda, una de las relaciones más polémicas y controvertidas del panorama social. El 1 de julio de 1980, ocho meses después de conocerse -y cuando ambos subían como la espuma en el mundo de la canción y de la interpretación respectivamente- la pareja se daba el sí quiero ante 3500 invitados en Sevilla, convirtiéndose en uno de los matrimonios más enviviados del momento.

Guapos, jóvenes, triunfadores, enamorados... pero no era oro todo lo que relucía, y en 1984, un año después del nacimiento de su único hijo, Alejandro -aunque el protagonista de 'Curro Jiménez' adoptó legalmente a María del Rocío- se separaban por primera vez.

Precisamente la trágica muerte de su hija en 1985 sería el punto de partida para que María y Pepe, absolutamente destrozados, se refugiasen el uno en el otro y decidiesen dar una nueva oportunidad a su historia de amor. Tres años después de su ruptura, el 27 de febrero de 1987, la pareja volvía a contraer matrimonio por lo civil en Costa Rica, donde el actor estaba rodando una película.

Los altibajos, las infelidades y los enfretamientos provocaron que la pareja se separase nuevamente: "Ese señor me maltrataba. Me daba una paliza y me maltrataba psicológicamente. Después me decía 'vamos a casarnos otra vez'. Y yo, como una tonta, tras dos carantoñas, le creía", confesaría años después María.

Todavía habría tiempo para una tercera boda en Nepal a finales de 1991, aunque la cantante reconocería que fue solo para vender la exclusiva. Tan poco salió bien y en 2002 la pareja formalizaba su divorcio, comenzando una batalla legal y mediática con acusaciones de maltrato y denuncias cruzadas entre la expareja.

María relataría la pesadilla que vivió al lado de Pepe en sus memorias, 'Calla canalla', donde revelaría que durante gran parte de su matrimonio sufrió malos tratos por parte del actor, al que no perdonó ni siquiera tras su fallecimiento en el año 2013: "Muerto el perro se acabó la rabia" reconocería dolida.

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