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Matrícula de deshonor

Tras la tempestad, llegará la calma

A pesar del paisaje que nos ha dejado Bernard, Huelva se ha despertado como siempre, asumiendo las responsabilidades cotidianas y superando las adversidades

Publicado: 24/10/2023 ·
19:09
· Actualizado: 24/10/2023 · 19:12
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  • Huelva el día después de la borrasca Bernard. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Un fin de semana movidito para los que sufrimos la borrasca Bernard, que superó los 85 litros por metro cuadrado y con vientos que prevalecieron con más de 120 km/h doblegando a la arboleda que viste nuestra ciudad, con incidentes importantes que dejan clara evidencia de lo poco que estamos preparados por estos lares para una climatología como la sufrida el pasado domingo. Cabe destacar el fallecimiento de un hombre en la localidad de Trigueros, que se desvió con su vehículo hacia una cuneta, un triste incidente que se cobró el temporal.

A pesar del paisaje que nos ha dejado Bernard, Huelva se ha despertado como siempre, asumiendo las responsabilidades cotidianas y superando las adversidades del temporal. En pocos días volveremos a la normalidad, como ocurre cada año por estas fechas. Nuestra memoria suele flaquear en estos desastres, pensando que situaciones así no son “normales”, pero si hacemos un esfuerzo, recordaremos las inclemencias climatológicas del pasado año y de otras borrascas que asolaron Huelva y la provincia con igual o mayores incidencias.

Es en estos desastres es donde debe existir esa colaboración, donde se apela a la cooperación y donde es necesario ese sentimiento de comunidad para superar estos días de bloqueo social. Debemos calmar nuestras prisas y tomar conciencia real de estos hechos, que van más allá de nosotros mismos. Me consta que los servicios de saneamiento y limpieza están funcionando, superados por cientos de sucesos que impiden la comunicación entre barrios, localidades e incluso salidas de nuestras propias viviendas para ir a trabajar, pero es cuestión de días que volvamos a lograr esa calma y lidiemos con la rutina, a pesar de los costes que generarán el desastre que hemos vivido.

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