En una entrevista concedida al prestigioso medio italiano 'La Gazzetta dello Sport', el exfutbolista internacional alemán y expresidente del Bayern de Munich, Kalle Rummenigge, ha afirmado que, si existiese la Superliga, “la Serie A italiana se convertiría en la Serie B y la Bundesliga en la Segunda División”, y añade que haría que fuesen “torneos pobres”.
En este contexto, Rummenigge incide en que el plan de la Superliga es una coartada, dado que en realidad “su objetivo es incluir a árabes, estadounidenses, para jugar un torneo internacional. Perder tus raíces". Además, destaca que todas las propuestas que lanzado A22 Sports Management han sido censuradas por diferentes estamentos y apuesta por la nueva Champions League: “Todas han sido rechazadas culturalmente, futbolísticamente y económicamente. La UEFA ofrece el mejor torneo posible, la nueva Champions League a 36 será aún más espectacular y abierta ¿Siempre tienen que ganar los de siempre? En el fútbol no, en el fútbol está lo impensable, la emoción. No las matemáticas. Nadie en Alemania iría a la Superliga, habría una revolución de los aficionados".
Rummenigge también carga contra la Superliga por el hecho de que no premia el mérito y pone en valor las competiciones de fútbol actuales: “Aquí prevalece el mérito. Si eres bueno, ganas y ganas. Allí compras el lugar en la liga porque eres rico y ganas incluso si no ganas. No es para nosotros".
Asimismo, pide implicación de la política para frenar proyectos que romperían el ecosistema del fútbol actual: “El fútbol es un fenómeno central de la vida social. Millones de personas van al estadio los fines de semana. Tenemos que proteger el fútbol y la política tiene que ayudar".
Piqué
En las últimas semanas, una de las voces más críticas con la Superliga ha sido la del exfutbolista del FC Barcelona Gerard Piqué, que coincide con la visión de Rummenigge. A su juicio, está en contra porque es “una liga cerrada y hay marcas como el Aston Villa, el West Ham, el Sevilla, el Betis, o la Roma que se quedarían fuera”.
A este respecto, Piqué considera que “todos los clubes que no consiguiesen entrar en la Superliga, de golpe su valor pasaría a ser cero, y pierdes un número de seguidores brutal de esos equipos, pasando a solo competir en ligas nacionales contra equipos menores, y al final dejarían de existir estas competiciones”. Asimismo, remarca que “la Superliga quedaría como la gran competición, con esos clubes que generarían muchos más ingresos y tendrían mucho más valor, y eso es lo que quieren estos fondos de inversión que tienen en propiedad al Manchester United, Liverpool o Manchester City, destruyendo así el fútbol como lo hemos entendido”.
Presidentes de LALIGA
Desde el lanzamiento del proyecto que promete romper el ecosistema europeo del fútbol, los presidentes de los clubes de LALIGA se han posicionado en las antípodas de Superliga. Fernando Roig, presidente del Villareal CF, declaraba ayer que “si se hace (la Superliga), los equipos como el Villarreal, o el propio Girona que ahora está viviendo una época tan buena, no podrán crecer".
Por su parte, con anterioridad, dirigentes como Ángel Haro, presidente del Real Betis, señaló que la Superliga pretende “quitarle valor añadido a LALIGA". También el presidente del Sevilla CF, aseguraba que “no es el espíritu del fútbol, eso no es el espíritu de la superación, eso no es el espíritu de la meritocracia. ".
Luis Sabalza, presidente de Osasuna, argumentó que “la Superliga europea no es un proyecto ambicioso, sino un proyecto egoísta”. Por su parte, Jokin Aperribay, presidente de la Real Sociedad, puso en duda la aportación de la Superliga, dado que es “una competición en la que quedan equipos excluidos y que debilita a las ligas” y, en su opinión, para acceder a competiciones europeas “lo mejor es ganárselo en el campo la temporada anterior”. Otros clubes, como en el caso del Athletic Club, a través de su presidente Jon Uriarte, “se muestra contrario a su creación”.