Si cuando se proyectó nuestro sistema tranviario se argumentó querer situar a Jaén a la vanguardia de las ciudades españolas en cuestiones de movilidad, no es menos cierto que ha acabado resultando más fácil interpretar cualquier poema vanguardista que seguir el irracional relato de los políticos sobre el particular. A falta de lógica, buenas son las contradicciones, así que no desdeñemos la paradoja, que es el sustrato sobre el que se cimienta la verdad profunda. Desde la música callada de San Juan de la Cruz (junto al Camarín, su manuscrito) a la permanente agonía o lucha de Unamuno entre conceptos fundamentales, hasta llegar a la literatura del absurdo, fértil en el siglo XX.
El caso es que el tranvía ha vuelto a salir de las cocheras, después de trece años de parálisis. Es una imagen esperanzadora, que arroja al fin luz sobre la pronta recuperación de la infraestructura, solo utilizada en pruebas a principios de la década anterior. Una puesta en escena para demostrar que el avance es palmario, y es que en abril debería finalizar, por contrato, la reparación de todas las deficiencias del sistema (a falta de dos misteriosos lotes, menores, sin adjudicar aún). La consejera del ramo, Rocío Díaz, aseguró esa misma mañana que se habían encontrado todo el equipamiento “mucho peor” de lo que esperaban, por lo que había que ser muy cautos; pero nuestro alcalde había afirmado hace un mes que todo estaba “mucho mejor” de lo que creían, según le había transmitido, a su vez, el delegado de Fomento. Como colofón, el director de los contratos de coordinación de la puesta a punto del sistema, Antonio Rodríguez, incidió este mismo viernes en que el estado es bueno y, en algunos casos, “óptimo”, aunque habrá que sustituir softwares y sistemas informáticos, aparte de solventar algún que otro problemilla de aislamiento en el anillo de media tensión, que demorará un mes el proceso. Llegados a este punto, ¿a quiénes creemos? ¿Al grupo de tres o al grupo de una? Es posible que esté equivocado, pero me barrunto que la consejera quiere colocarse siete vendas antes de la herida, por si se retrasa la cosa más de la cuenta. Y también me temo que lo de torear con la izquierda, al natural, no se le da demasiado bien, aunque sea natural que prefiera la derecha.
La realidad objetiva, si tiramos de hemeroteca, es que es difícil, aunque no imposible, que el tranvía pueda circular con normalidad absoluta antes de 2025, pues que ya en aquel tiempo se preveía que el período de pruebas se prolongara de febrero a septiembre de 2011. Para el año próximo, si no hay sustos de última hora, conectará el centro de la ciudad con la universidad (unos quince mil alumnos) y con el quinto centro comercial más grande de Andalucía, que se ha convertido en La Meca provincial, con profusión de chándales y Mercedacos. Y, lo que quizá es más importante, unirá el mencionado complejo de tiendas con el corazón de la capital en menos de diez minutos, completando sinergias comerciales y hosteleras. Llegado ese momento, seguramente haya merecido la pena tanta espera, tanta contradicción y tanto absurdo.
