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Viernes 15/11/2024
 
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Andalucía

Una microcirugía en la lengua dará una posibilidad a los que sufren apneas nocturnas

Se calcula que en España existen entre 1,2 y 2,1 millones de personas que padecen apenas, pero menos del 10 % están diagnosticadas y en tratamiento

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  • Paciente con apnea del sueño durante la noche. Foto de archivo. -

El Hospital del Mar de Barcelona empezará a tratar a los pacientes de apnea del sueño que no tienen buena tolerancia a los tradicionales respiradores nocturnos, conocidos como 'CPAP', a través de una microcirugía invisible bajo la lengua que evita que se obstruya el paso del aire al dormir.

Esta cirugía, pionera en España, consiste en implantar un neuroestimulador para poder actuar sobre el nervio que controla el movimiento de la lengua, una cirugía que resulta "mínimamente invasiva", han explicado desde el centro hospitalario.

Se calcula que en España existen entre 1,2 y 2,1 millones de personas que padecen apenas, pero menos del 10 % están diagnosticadas y en tratamiento.

De los que están diagnosticados, además, aproximadamente la mitad necesitan métodos alternativos porque no toleran el tratamiento estándar, la CPAP (presión positiva continúa en las vías respiratorias), un dispositivo que transmite presión a la vía aérea a través de una mascarilla que se debe llevar durante las horas del sueño para asegurar una buena respiración nocturna.

El jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital del Mar, el doctor Jacinto García-Lorenzo, ha destacado la utilidad de la nueva terapia para "todos esos pacientes no tributarios de otros tratamientos de la apnea del sueño y a los que, hasta ahora, no podíamos ofrecer ninguna alternativa si no soportaban el abordaje estándar de la apnea".

Cirugía mínimamente invasiva

Los médicos realizan una incisión de seis centímetros bajo la mandíbula del paciente, que se busca que entre en contacto con ambos lados de la lengua, del nervio hipogloso, el que controla el músculo geniogloso, e implantan un dispositivo que incide en los movimientos de la lengua para que no obstruya el paso del aire.

Ocho semanas más tarde se activa el dispositivo y, a partir de ese momento, el paciente sólo debe colocarse un parche bajo el mentón para sujetar el chip de activación.

"Esta estimulación hace que los músculos de la lengua se contraigan, con la intención de mantener abiertas las vías respiratorias", destaca García-Lorenzo, que deja claro que solo hace falta que se active durante las horas de sueño.

Los primeros pacientes a los que el Hospital del Mar ha tratado con esta cirugía tenían 52 y 67 años, y una apnea del sueño grave sobre la que no habían funcionado otras alternativas terapéuticas

Desde el Hospital del Mar cuentan que ahora los pacientes tratados ya han activado los dispositivos y han notado una inmediata mejora en la calidad de su sueño.

La coordinadora de la Unidad Multidisciplinaria del Sueño del Hospital del Mar, Núria Grau, ha destacado que la incorporación de este abordaje "es un paso importantísimo para la unidad, puesto que se incorpora una nueva opción terapéutica. Hemos pasado de tratar prácticamente a todos los pacientes por igual que poder individualizar y personalizar cuál es la mejor opción terapéutica en cada paciente".

"Con esta cirugía pionera podemos ofrecer una alternativa de tratamiento en aquellos casos complejos que no toleran el tratamiento habitual y en los que previamente no disponíamos de alternativas, con el consiguiente riesgo para la salud que supone tener apneas nocturnas no tratadas", ha añadido.

La apnea del sueño es una patología que se caracteriza por episodios reiterados de obstrucción de la vía aérea superior durante el sueño y esto provoca que el paciente se despierte de forma no consciente y provoca que no descanse, así como somnolencia durante el día, trastornos neuropsiquiátricos, metabólicos, respiratorios y cardíacos.

Los factores de riesgo son la obesidad, el envejecimiento o sufrir insuficiencia cardíaca o renal, entre otros.

Entre sus efectos, destacan los médicos, la reducción de la calidad de vida, así como un posible incremento de la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y del riesgo de muerte. 

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