El Ministerio de Igualdad cuenta con una nueva tecnología para controlar a los agresores de violencia de género y violencias sexuales.
Las nuevas pulseras de control telemático, diseñadas para superar los fallos de cobertura y falsas alarmas del anterior sistema, ya han comenzado a instalarse y protegerán a un mayor número de víctimas.
La actualización del sistema de pulseras de control telemático de agresores, que persigue tanto la mejora de su funcionamiento como la ampliación del número de dispositivos disponibles y la tipología de víctimas a las que se quiere proteger, se ha llevado a cabo gracias a los fondos de recuperación europeos.
Según han informado a EFE fuentes de Igualdad, este mes se han comenzado a instalar las nuevas pulseras, un proceso de transición que culminará en tres meses.
El control telemático de agresores se empezó a aplicar en España en 2009 para vigilar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento por violencia de género. Ninguna mujer protegida por este sistema, que alerta cuando el hombre se acerca, ha sido asesinada por su pareja o expareja en España.
A finales de 2023, 4.548 maltratadores portaban una de estas pulseras, cuya instalación debe decretar la autoridad judicial. A partir de este año, los brazaletes de control van a utilizarse también para proteger a las víctimas de violencias sexuales, como establece la ley de garantía integral de la libertad sexual.
En un comunicado, Vodafone -empresa adjudicataria del nuevo sistema junto a Securitas- informa de que se gestionarán 11.431 dispositivos.
Un sistema mejorado
Los dispositivos que se han utilizado hasta ahora funcionaban por radiofrecuencia y se emparejaban con un aparato que debía portar la víctima en todo momento. El nuevo sistema sustituye ese aparato por un teléfono inteligente -de modo que es más sencillo de utilizar y de cargar y más discreto para la mujer- y combina tecnología wifi y GPS.
La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género destaca que tienen mejor cobertura y ya no funcionan sólo por parejas (un agresor, una víctima), sino que la pulsera de un investigado o condenado se puede sincronizar con el terminal de varias víctimas y también una víctima puede estar protegida frente a varios agresores.
La víctima puede recibir notificaciones en ese teléfono y hacer videollamadas, enviar imágenes y lanzar un mensaje de alerta al centro de control. Además, el terminal puede detectar una caída y enviar una alerta que hará que el centro de gestión Cometa se ponga en contacto con ella para verificar su estado.
En el 'Protocolo de actuación del sistema de seguimiento por medios telemáticos del cumplimiento de las prohibiciones de aproximación impuestas en materia de violencia de género y violencia sexual', Igualdad explica que este control tiene tres objetivos: garantizar la seguridad de la víctima, documentar un posible quebrantamiento de la orden de alejamiento y disuadir al agresor del incumplimiento de las prohibiciones impuestas judicialmente.
¿Cómo funcionan las pulseras?
Cuando un juzgado lo decreta, se instala una pulsera en la muñeca o el tobillo del agresor, que también recibe un terminal móvil asociado. Y la víctima o víctimas, un teléfono inteligente de manera que se pueda conocer cuándo el hombre se acerca a ella a pesar de la prohibición de aproximación.
La pulsera de geolocalización tiene una correa que detecta roturas y manipulaciones, una vida útil de 12 meses y se puede cargar de forma sencilla.
El teléfono de la víctima puede emitir alertas visuales, sonoras y de vibración cuando el dispositivo del investigado está cerca. También cuenta con un botón de emergencia para alertar de una situación de peligro.
El nuevo sistema permite cambiar de red móvil para garantizar en todo momento la mejor cobertura y evitar que entre en puntos ciegos sin conexión.
Si el agresor se acerca a la mujer o a la zona de exclusión fija (a la que no puede ir por orden judicial), la pulsera sufre daños o pierde la cobertura, el sistema lanza alerta al centro Cometa y éste actúa en función de la situación: llamando al agresor, contactando con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y/o hablando con la víctima.