Desde el agua con limón que "cura al cáncer" hasta las terapias "milagrosas" que esconden a una secta, la "desaforada información falsa" que proliferó durante la pandemia de la covid-19 "ha dejado poso" en la sociedad, asentando el negacionismo científico, según el Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias.
En una entrevista con EFE, la coordinadora del Observatorio, Rosa Arroyo, alerta sobre una tendencia creciente de contenidos en redes sociales que no están avalados por la ciencia y cómo estos se están anteponiendo a las fuentes fiables de información.
Las terapias más relevantes son la acupuntura, la homeopatía o el reiki, pero el Ministerio de Sanidad clasifica 73 prácticas como pseudoterapias y evalúa otras 66 para determinar sus consecuencias, que en muchos casos son nulas o se limitan al efecto placebo.
"Todas esas teorías conspiracionistas a lo mejor tienen un 5 % de verdad y un 95 % de bulo", explica la doctora, quien indica que en las propias terapias también hay grados de riesgo. "Si me tomo un vaso de limón, no hace nada malo, pero sí que nos importa mucho cuando un paciente abandona un tratamiento de cáncer", incide.
El Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias, busca "combatir esta amenaza" y poner en valor a las corporaciones de derecho público y los Colegios profesionales.
'Influencers' de bulos
La proliferación del uso de redes sociales y el aluvión informativo diario que supone se refuerza sobre todo cuando estos mensajes los lanzan 'influencers' que tienen presunción de veracidad para sus seguidores.
"Ves una serie de mensajes y al final se te queda eso. Ves a una chica que es guapa porque ha comprado o ha tomado esto...", resume la coordinadora, quien advierte de "los graves problemas" que están provocando los trastornos alimentarios por esa idealización de la belleza.
También de la compraventa de medicamentos con el objetivo de adelgazar u otros fines por internet, un riesgo porque al no estar dispensados por una farmacia "no se sabe de dónde viene, ni qué procedencia tienen".
Además, según el Observatorio, desde las redes sociales se están difundiendo bulos que vinculan "el estado emocional y las constelaciones familiares" a las enfermedades, lo que hace a los pacientes más vulnerables a las sectas sanitarias.
Información para combatir la pseudociencia
Para combatir esta proliferación de información inexacta, ante la cual, incide Arroyo, todas las personas son igualmente vulnerables, el Observatorio contra la pseudociencia pide que la población contraste lo que ve con información "basada en la evidencia".
La coordinadora insiste en educar "desde el pensamiento crítico" y promover acciones para concienciar a la población de los daños de la pseudociencia, así como mejorar la forma de comunicar y divulgar la ciencia.
"No se trata de culpabilizar a nadie ni de pensar que es gente ignorante", puntualiza la doctora, quien recomienda consultar a un médico y contrastar la informaciones que se ven en internet a través de los verificadores de bulos o las sociedades científicas.
En el caso de las personas que ofrecen las terapias diciendo que son médicos, señala a herramientas como el registro de médicos de la Organización Médica Colegial (OMC) donde se puede comprobar si el profesional está colegiado.
"Si vas a un sitio que te están cobrando en negro, ¿no te parece raro?", señala.