A medida que se acerca el inicio de la campaña de la Renta 2023-24, el próximo 3 de abril, es crucial estar informado sobre las diversas deducciones que ofrecen una oportunidad para aliviar la carga fiscal al rendir cuentas con Hacienda. Entre las opciones más destacadas para desgravar se encuentra la ‘deducción por inversión en vivienda habitual’, una gran aliada para aquellos que adquirieron su vivienda antes del 1 de enero de 2013, permitiendo una desgravación de hasta el 15% de lo invertido en el pago de la hipoteca durante el año, con un límite de 9.040 euros anuales.
Para los copropietarios de una vivienda, esta deducción se vuelve aún más atractiva, ya que la base máxima de desgravación se duplica, llegando a los 18.080 euros, lo que potencialmente duplica el ahorro en el IRPF. Este beneficio subraya la importancia de una planificación fiscal cuidadosa, especialmente para aquellos que comparten propiedad.
La venta y reinversión en una nueva vivienda habitual también se presenta como una estrategia fiscal ventajosa, siempre que se cumplan ciertos requisitos, como haber residido un mínimo de tres años en la vivienda previa y reinvertir el capital obtenido en un plazo máximo de dos años.
Las familias encuentran en la deducción por hijos una de las mayores fuentes de ahorro fiscal. Dependiendo del número de hijos y su edad, los contribuyentes pueden acceder a deducciones que van desde los 2.400 euros por el primer hijo hasta los 4.500 euros por el cuarto y sucesivos, con un añadido de 2.800 euros por cada hijo menor de 3 años, lo que destaca la importancia de considerar la composición familiar al momento de declarar.
Las donaciones a ONGs, asociaciones culturales y partidos políticos ofrecen otro camino para la optimización fiscal, con deducciones que inician en el 80% para los primeros 150 euros aportados. Este incentivo fomenta la participación ciudadana y el apoyo a causas benéficas, a la vez que proporciona beneficios fiscales.
La aportación a planes de pensiones sigue siendo una herramienta fundamental en la planificación fiscal, al reducir la base imponible del IRPF, con un límite de aportación de 1.500 euros anuales. Este mecanismo no solo favorece el ahorro a largo plazo sino que también ofrece un alivio fiscal inmediato.
En la era de la sostenibilidad, la adquisición de vehículos eléctricos se premia con deducciones fiscales, incentivando la transición hacia una movilidad más verde. Asimismo, las reformas para mejorar la eficiencia energética del hogar no solo contribuyen al medio ambiente sino que también ofrecen importantes deducciones, reflejando la creciente integración de criterios de sostenibilidad en la fiscalidad.
El sector inmobiliario ve una nueva oportunidad en la deducción por alquiler de viviendas, especialmente bajo la nueva Ley de Vivienda, que ofrece deducciones de hasta el 70% sobre el rendimiento neto del alquiler en ciertas condiciones, destacando la incentivación del alquiler a jóvenes y el fomento del alquiler social.
Por último, la deducción por maternidad ofrece un apoyo tangible a las madres trabajadoras, permitiendo anticipos mensuales que proporcionan un respiro financiero.