El Corpus vuelve a las calles de Sevilla en uno de los jueves de Corpus con una de las mayores afluencias de público que se recuerda en los últimos años. A pesar de las altas temperaturas que
a la entrada del Santísimo en la Catedral rozaban los 35 grados, fueron muchas más personas que de costumbre aunque eso sí, en las zonas de sombra.
Las vísperas, que también
se recuperaban tras un año sin lucimiento en la tarde del Miércoles de Vísperas, ya nos hacían prever que la afluencia de público sería importante. Una procesión del Santísimo Sacramento que
ha sido ágil y en la que, salvo algún corte entre las representaciones de las hermandades, no se ha visto anomalía alguna.
Cabe destacar la enorme decoración que se ha visto en algunas calles,
siendo mucho más majestuosa que en años anteriores, especialmente en Francos y Sierpes, donde no solo los altares han estado presentes, sino que los balcones como los de Casa Rodríguez han servido para que el paso de la Custodia sea majestuoso. Lástima que
no se pueda decir lo mismo de calle Cuna, que pierde el esplendor de años anteriores.
El único punto negativo que le cabe a esta jornada es el
extenso cortejo que cada año va más. Cabe destacar que se trata de un cortejo con un tiempo de paso de 2 horas y 20 minutos desde que salen los carráncanos por la puerta de la Catedral hasta que nos postramos de rodillas ante la Custodia de Arfe.
Un tiempo que en este año se acrecentó en 20 minutos, llegando hasta las 2 horas y 40 minutos de paso del discurrir.
La procesión discurrió con normalidad, con
especial presencia musical en ciertos puntos, como la de la Capilla Musical ‘María Auxiliadora’ en la Plaza del Salvador o la de ‘Ministriles Hispalensis’ al paso por la Plaza de San Francisco más allá de los acompañamientos de la Banda Municipal de Sevilla tras el paso de San Fernando y tras el Santísimo, la banda que acompaña a la compañía de honores mixta del Ejército.