La Guardia Civil ha detectado en los últimos meses que
armas de calibre OTAN enviadas a Ucrania acaban en manos del crimen organizado, especialmente en organizaciones dedicadas al tráfico de drogas a nivel internacional. Estas armas, destinadas a sofocar la invasión rusa, son utilizadas por clanes de narcotraficantes que operan en el sur de España, introduciendo cargamentos por el Estrecho de Gibraltar.
El pasado 21 de mayo,
según publica El Español, un clan de narcotraficantes de Sanlúcar de Barrameda
usó estas armas en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Los agentes intentaban interceptar un alijo de 2.500 kilos de hachís que los narcotraficantes introducían por el río Guadalquivir.
Los delincuentes repelieron a tiros a la Guardia Civil, que solo contaba con sus pistolas reglamentarias, mientras los narcos estaban armados con fusiles de asalto y armas automáticas de calibre OTAN.
Fuentes especializadas en narcotráfico y servicios de inteligencia han confirmado que esta tendencia ha aumentado desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Las armas soviéticas están siendo reemplazadas por armamento OTAN que, o bien desaparece durante el tránsito, o nunca llega a su destino final en Ucrania. Los agentes se sorprendieron al detectar modelos nuevos y no los clásicos fusiles de calibre soviético, que son los que habitualmente incautan en operaciones contra el narcotráfico.
El Instituto Armado también ha descubierto que cárteles latinoamericanos han mostrado un
interés creciente en este armamento. Algunos miembros de estos cárteles han viajado incluso a Ucrania para adquirir este material, que luego llega al otro lado del Atlántico oculto en contenedores que salen de puertos de ciudades europeas, incluidas varias en España.
Buena parte de las armas requisadas en operaciones antidroga provienen de
los ejércitos de la OTAN, cuyos países están donando su material armamentístico a Ucrania para defenderse del ataque ruso. Precisamente esta semana, el Gobierno de España aprobó el envío de más de 1.000 millones de euros en apoyo militar a Ucrania.
En el último Informe Anual de Seguridad Nacional, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) advirtieron del riesgo a medio y largo plazo de que
los conflictos armados aumenten la disponibilidad de armas de fuego y su desvío hacia el comercio ilegal. "Los conflictos armados", según el informe, "constituyen un riesgo importante a medio y largo plazo, especialmente en lo que se refiere a la mayor disponibilidad de armas de fuego y su posible desvío hacia el comercio ilegal de armas de fuego".
Europol y la Policía Nacional también han alertado de esta tendencia en sus informes y planes estratégicos recientes. En su Plan Estratégico 2022-2025, la Policía advertía del riesgo del incremento a corto y medio plazo del tráfico de armas empleadas tanto por Rusia como por Ucrania.
De los más de once millones de pistolas y fusiles en Ucrania, alrededor de 3,5 millones no están registrados, según un informe de
Gun Policy, apoyado por UNSCAR, el programa de Naciones Unidas para la regulación de armas. Esta situación crea un entorno propicio para que las armas caigan en manos equivocadas y alimenten el comercio ilegal.