Se trata de una exposición procedente de Perú que contará con una selección de tesoros preincaicos pertenecientes a la cultura Moche y encontrados tanto en la tumba del Señor de Sipán como en la Huaca de la Luna que podrán ser contemplados por los todos los gaditanos y visitantes que estén en la ciudad entre enero y junio de 2012.
La muestra exhibirá por primera vez al público una selección de los últimos hallazgos del Señor de Sipán unidos al grueso de una exposición que ya se vio en Alicante en 2006 con enorme éxito de público.
Precisamente, el presidente de la Diputación de Alicante, acompañó a la alcaldesa de Cádiz en la presentación gaditana de la exposición, ya que fue el Museo Arqueológico de Alicante el que organizó por primera vez una muestra con los tesoros del Señor de Sipán, y allí será donde recale esta muestra una vez que finalice en Cádiz.
diez años de arqueología
La importancia de esos nuevos descubrimientos llevados a cabo en los últimos años, de los que se van a ver una selección en Cádiz, ha hecho posible la realización del proyecto de un museo propio in situ que preserve ese tesoro cultural del Perú y haciendo posible que se pueda traer a la capital gaditana y a Alicante.
El descubrimiento de la llamada Tumba del Señor de Sipán puso al descubierto un tesoro de incalculable valor histórico y cultural de la cultura Moche que ha sido comparado con la Tumba de Tutankamon, la Tumba del rey maya de Pacal o el Machu Pichu.
Los restos del Señor de Sipán fueron encontrados en un ataúd de madera con un numeroso conjunto de ornamentos, emblemas y atuendos de oro, plata, cobre dorado y otros materiales que integraban sus atuendos rituales y símbolos de rango y poder.
Gracias a los trabajos de limpieza y registro se pudieron recuperar cerca de 600 objetos que constituían los bienes usados en vida por el dignatario y que permitieron identificarlo como el gobernante que ostentaba una importante autoridad militar, religiosa y civil.
Los arqueólogos que participaron en la recuperación de tumba y de sus elementos, con Walter Alva a la cabeza, constataron que las numerosas representaciones de arte Moche encontradas antes de la Tumba del Señor de Sipán, corresponderían por sus atuendos al propio Señor de Sipán, quien habría presidido los más importantes eventos religiosos y políticos de su tiempo y fuera sepultado hace mil setecientos años.
Entre las joyas rescatadas se encuentran tres pares de orejeras de oro y turquesa representando un ave sagrada asociada a los rituales de fertilidad y el más importante de estos ornamentos representa en una miniatura al mismo Señor flanqueado por dos guerreros. Sobre su mano derecha reposaba un cetro metálico rematado en una pirámide de oro invertida con los relieves de la escena de imposición militar sobre prisioneros que constituía el principal símbolo de mando y poder.
Igualmente se han recuperado emblemas y estandartes de cobre dorado que podrían significar imágenes de culto o símbolos heráldicos de esta dinastía de reyes.
Otro de los ornamentos encontrados lo constituye un protector coxal de oro de cerca de un kilo de peso que debió lucir debajo de la espalda cuando presidía las ceremonias en lo alto de las pirámides.
En conjunto se podrán ver en la capital gaditana más de 130 piezas como collares, coronas, pectorales, sonajeros de oro y representaciones de cabezas humanas de ancianos, hombres jóvenes, seres mitológicos y felinos.
Si importantes son la piezas que van a componer la muestra del Señor de Sipán, no se queda atrás lo que va a presentar procedente de la Huaca de la Luna, un espacio en que se producían los rituales sagrados de los moches.
Esta cultura Moche tuvo su desarrollo en la costa norte del Perú, entre los siglos I a VII d. C. cubriendo una franja semidesertica de unos mil kilómetros de longitud. Es en este espacio, en torno al llamado Cerro Blanco, donde se consolida el poder político y religioso de esta cultura formada por una importante comunidad agraria con ingenieros hidráulicos, urbanistas, arquitectos de templos, caminos y casas, alfareros y muralistas, que fueron gobernados por una casta cerrada de sacerdotes guerreros. Así, se han encontrado manifestaciones artísticas como cerámicas, textiles, metales, maderas y conchas talladas, así como murales policromos.