El Nolotil, cuyo principio activo es el metamizol,
ha vuelto al centro del debate médico debido a sus posibles efectos secundarios graves, en especial la agranulocitosis, una condición que afecta la producción de glóbulos blancos y puede comprometer gravemente la salud de los pacientes. Este fármaco, ampliamente utilizado en España para el tratamiento del dolor moderado a severo, ha sido objeto de una revisión exhaustiva por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que buscaba evaluar si los beneficios de su uso continúan superando los riesgos.
La preocupación en torno al metamizol no es nueva. Ya en 2018,
la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) alertaba sobre un incremento en los casos de agranulocitosis relacionados con este fármaco, especialmente debido a su uso masivo en el país. La agranulocitosis, aunque rara, es una complicación potencialmente mortal que puede facilitar la aparición de infecciones severas en el cuerpo. A pesar de este riesgo, la EMA ha concluido en su revisión de 2024 que el metamizol sigue siendo un fármaco seguro y eficaz dentro de las indicaciones aprobadas, aunque ha recomendado reforzar las advertencias en su prospecto.
El metamizol es conocido por su eficacia en el tratamiento del dolor, ya sea postoperatorio, postraumático o de origen tumoral. A diferencia de los antiinflamatorios no esteroideos, el Nolotil no produce efectos adversos gastrointestinales, lo que lo convierte en una opción preferida por muchos profesionales sanitarios. Sin embargo, las graves complicaciones sanguíneas que puede causar
han llevado a que varios países europeos, como Reino Unido, Francia y Finlandia, hayan decidido retirar el medicamento del mercado.
En España, donde el Nolotil se comercializa tanto bajo marcas como Metalgial o Algi-Mabo, como en versiones genéricas,
el consumo sigue siendo elevado, y los médicos están llamados a extremar las precauciones a la hora de prescribir este medicamento. A finales de 2023, la AEMPS publicó los resultados preliminares de un estudio que confirmaba que la agranulocitosis asociada al metamizol afecta a entre 1 y 10 personas por cada millón de pacientes que reciben el fármaco, una cifra que, aunque baja, sigue preocupando a las autoridades sanitarias.
Uno de los aspectos más preocupantes es que la aparición de agranulocitosis es impredecible. Puede manifestarse en cualquier momento durante el tratamiento o incluso poco después de finalizarlo, y en personas que previamente habían tomado el fármaco sin ningún problema. Ante esto, la EMA ha insistido en que tanto los pacientes como los profesionales sanitarios deben estar alerta ante síntomas como
fiebre, escalofríos, dolor de garganta o la aparición de úlceras en las mucosas de la boca, la garganta o la zona genital. Si se presentan estos síntomas, el tratamiento con Nolotil debe suspenderse inmediatamente y el paciente debe acudir a urgencias para realizarse un análisis de sangre.
Pese a las restricciones en algunos países, el metamizol sigue comercializándose en buena parte de Europa, incluyendo Alemania, Italia y España. No obstante, la retirada del Nolotil en Finlandia y otros lugares ha intensificado el debate sobre su seguridad. A la espera de que las nuevas advertencias se incluyan en el prospecto,
los expertos coinciden en que el Nolotil sigue siendo una opción válida para el tratamiento del dolor cuando se utiliza bajo una estricta supervisión médica.
Nuevas recomendaciones para los pacientes que tomen metamizol han sido emitidas para garantizar su seguridad.
Se aconseja estar especialmente atentos a los síntomas de agranulocitosis, ya que su aparición puede pasar desapercibida debido a que el propio medicamento reduce la fiebre, enmascarando signos de infección. Además, aquellos que estén tomando antibióticos deben saber que estos pueden también ocultar algunos síntomas, lo que dificulta un diagnóstico temprano de la complicación.
Es importante recordar que las personas que han tenido agranulocitosis en el pasado o presentan alteraciones en la médula ósea no deben tomar metamizol bajo ninguna circunstancia. Además, la AEMPS recomienda que los pacientes informen siempre a los profesionales sanitarios de cualquier historial de reacciones adversas al metamizol antes de recibir este tratamiento,
ya que su uso sigue siendo frecuente tanto en atención primaria como en hospitales tras intervenciones quirúrgicas.