El Camino Viejo se ha consolidado como un referente en la formación deportiva en varias categorías. Desde los más pequeños de tres o cuatro años hasta los juveniles e incluso un equipo senior, el club cuenta con 22 equipos en total, divididos entre fútbol 11 y fútbol 7. Según
Álvaro Noria, coordinador del fútbol 7 en el club, "nuestros equipos compiten en distintas ligas, como la Education League, y otros en la Liga de Federación". Esto les permite adaptarse al nivel y las necesidades de cada niño.
Uno de los pilares fundamentales del Camino Viejo es que los niños disfruten del deporte. Noria lo explica claramente:
"Lo primero es que se diviertan, eso es lo más importante. También es clave que el niño vaya viendo mejora, tanto a nivel individual como en grupo. Los padres también valoran mucho ver cómo sus hijos progresan, y desde septiembre trabajamos para que ningún niño se dé de baja". Este enfoque ha resultado exitoso, ya que "en torno al 90 por ciento de los niños renuevan cada año. Incluso los padres nos recomiendan".
La Education League, una de las competiciones en las que participan, es descrita por el coordinador como "menos competitiva y muy bonita". Noria detalla que "en esta liga tenemos muchos equipos, sobre todo a los del primer año". En cambio, los equipos más avanzados compiten en ligas federadas, que exigen un nivel de habilidad más alto.
El fútbol 7, que comprende categorías hasta alevines, es una etapa crucial antes de que los jugadores den el salto al fútbol 11 en infantil. Según Noria, "va ligado con la edad; cuando pasan al instituto, pasan al fútbol 11". Sin embargo, también reconoce que "el campo de fútbol 7 muchas veces es grande para ellos", por lo que lo ideal sería "empezar incluso por fútbol 3 o fútbol 5".
La escuela se distingue por su política de puertas abiertas.
"Vamos por orden de llegada, y mientras haya plazas, puede entrar quien quiera", asegura Noria. Este enfoque inclusivo genera una mezcla de niveles en los equipos, lo que requiere una organización cuidadosa. "Mi trabajo es organizar a los niños para que cuando compitan sea acorde a su nivel. Los que no saben jugar tan bien no juegan en la liga federada, que tiene más nivel. Es un proceso desde pequeño para que se enamoren del fútbol", explica.
Para el Camino Viejo, el fútbol no se reduce a goles y victorias. Noria insiste en que
"los niños tienen que ser compañeros, saludar, cuidar su vestuario y sus materiales, animar a los compañeros y no olvidarse de sus cosas. Antes que ganar el partido, hay que fomentar los valores del deporte, que luego te enseñan cosas para la vida".
El coordinador también destaca la importancia de trabajar con las familias: "Hay de todo, pero intento educar también a los padres. Si alguien quiere competir a tope, este no es el sitio. Lo que buscamos es que se lo pasen bien, mejoren y luego compitan". Este enfoque se comunica claramente desde el inicio, y gracias a ello, Noria asegura que "en los cuatro años que llevo aquí, muy pocos problemas he tenido en ese sentido".
Desde las primeras experiencias en el fútbol 7 hasta el paso al fútbol 11, el Camino Viejo busca garantizar un crecimiento integral para cada niño. "Nuestro éxito está en que ninguno se vaya y todos renueven", concluye Noria, reflejando el compromiso del club con la diversión, el aprendizaje y los valores. Con su filosofía inclusiva y su dedicación al deporte base, el Camino Viejo sigue siendo un ejemplo destacado de formación deportiva y humana.