El belenismo es una de las tradiciones navideñas más arraigadas en España, un arte que combina creatividad, historia y espiritualidad. Representar el nacimiento de Jesús y los paisajes bíblicos no solo tiene un significado religioso, sino que también despierta el interés de quienes aprecian el detalle, la minuciosidad y la belleza artesanal. Esta actividad, que atrae tanto a mayores como a pequeños, se ha convertido en una manera única de vivir la Navidad, como bien demuestra
Bormujos con su primera Ruta Belenista.
Desde el pasado 9 de diciembre hasta el 5 de enero, vecinos y visitantes pueden recorrer los belenes montados por aficionados locales como Jesús Gordillo y José Romero, que han abierto las puertas de sus hogares para mostrar su trabajo. La ruta, que cuenta con la promoción del Ayuntamiento a través de redes sociales y cartelería, ya está cosechando éxito. Según Gordillo, “
este año, noto que están viniendo más personas que el año pasado, gente que ignoraba que había esto en Bormujos”.
Jesús Gordillo, uno de los belenistas destacados de la ruta, lleva años perfeccionando su obra. Cada verano comienza el montaje en el garaje de su casa, donde transforma el espacio en una escena llena de detalles. “Empiezo siempre a primero de agosto”, explica. “Hago barro para formar las montañas, y el proceso lleva tiempo porque el barro se cuartea y hay que ir tapando las grietas. Este año he recreado el pueblo de Nazaret, el desierto y, por último, el pueblo de Belén”. Todo lo que expone está elaborado de manera artesanal. “Las casas, las palmeras, los carros y los pozos los hago yo durante el año en mi pequeño taller”, afirma con orgullo.
La logística detrás de estas obras es impresionante. Gordillo comienza el montaje desde el fondo hacia adelante, estructurando cuidadosamente cada detalle sobre una base de madera y telas que luego desmonta al final de la temporada navideña. “Todo lo recojo y lo guardo clasificado en sus cajas”, comenta. Esta pasión no solo se limita a su propia obra, sino que también busca inspirar a otros.
“Queremos que cada año haya más belenes en Bormujos y que esto crezca”.
Por su parte,
José Romero, otro de los participantes, lleva más de 30 años dedicándose al belenismo. Su obra, de aproximadamente 12 metros cuadrados, cambia cada año, añadiendo siempre algo nuevo. “El palacio de Herodes, el columpio con el palomar y la sábana que gotea agua son algunas de las novedades de este año”, señala. Su dedicación al detalle incluye el uso de pequeños motores para recrear movimientos y efectos realistas.
Romero también destaca el valor económico de este arte, aunque lo considera incalculable por su valor emocional.
“Todo lo que hay aquí podría costar seis o siete mil euros, o quizás más”, asegura. Sin embargo, para él, la verdadera recompensa está en la satisfacción de compartir su obra con el público.
La Ruta Belenista de Bormujos se está consolidando como una cita imprescindible de la Navidad, atrayendo a numerosos visitantes y fomentando una tradición que combina creatividad y devoción. Para quienes participan, como Jesús Gordillo y José Romero, no se trata solo de exhibir sus belenes, sino de compartir un pedacito de la magia de la Navidad con su comunidad. Con el éxito de esta primera edición, la esperanza de los organizadores es que esta iniciativa crezca cada año, inspirando a más personas a unirse a la tradición del belenismo y enriquecer la cultura navideña del municipio