La Delegación territorial de Minas en Sevilla está ultimando la propuesta de resolución para el proyecto de reapertura de la mina de Aznalcóllar. Esta incluye las respuestas a las últimas alegaciones recibidas, enviadas ya a la Dirección General de Minas. Según ha declarado el consejero de Industria, Energía y Minas, Jorge Paradela, "queda muy poco para la última autorización".
En declaraciones a Canal Sur Televisión, Paradela afirmó que estos son los últimos pasos para poner en marcha un proyecto clave para la zona. Sin embargo, evitó ofrecer plazos concretos, subrayando la complejidad de los trámites. "Es una mina tan importante y tan distinta a aquella que todos recordamos por razones muy tristes", señaló el consejero en referencia a la tragedia de 1998, cuando la fractura de la balsa de residuos del complejo minero de Boliden-Apirsa generó un desastre ambiental.
El consejero insistió en que el proyecto actual para la mina Los Frailes no tiene relación con las prácticas del pasado. "Es una mina subterránea, no a cielo abierto. No hay balsa de residuos, la tecnología ha cambiado por completo, y la autorización recoge los parámetros más exigentes que permite la normativa actual", explicó Paradela, destacando que este proyecto incorpora los estándares más altos de seguridad y sostenibilidad.
La mina Los Frailes ha pasado por numerosos periodos de información pública y revisiones en los permisos necesarios, como los de agua o la autorización ambiental unificada, que Paradela calificó como "el paso más decisivo que se ha dado". El último periodo de audiencia pública, donde las partes interesadas pudieron presentar alegaciones, concluyó antes de Navidad, marcando un hito en el avance del proyecto.
La reapertura del complejo minero, promovida por una inversión de 316 millones de euros, tiene como objetivo la extracción de 45 millones de toneladas de sulfuros polimetálicos, incluidos cobre, zinc y plomo. Se prevé que el proyecto genere unos 2.000 empleos directos e indirectos durante al menos 17 años, tras un periodo inicial de tres años dedicado al reacondicionamiento de la corta.
Con estas expectativas, la mina de Aznalcóllar se perfila como un motor económico para la región, apoyado en una tecnología avanzada y un compromiso con el medio ambiente. Sin embargo, los retos de gestión y la delicada historia del lugar han hecho de este proyecto uno de los más complejos en el ámbito minero. Ahora, con los trámites en su recta final, el inicio de la actividad minera parece estar más cerca que nunca.
