José Manuel Ortega Sánchez, conocido artísticamente como Mané Ortega, es un guitarrista profesional y docente nacido en Mairena del Aljarafe. Su relación con la guitarra comenzó desde muy niño, cuando se sintió atraído por una vieja guitarra que tenía en casa sin imaginar que aquel “juego” se convertiría en su profesión y su vida. Tras formarse de manera autodidacta, en 2009 decidió formalizar sus estudios con la Diplomatura en Magisterio de Educación Musical y abrió su propia escuela en el casco antiguo de Mairena, donde imparte clases de guitarra y cante. Su trayectoria lo ha llevado a compartir escenario con grandes artistas y, recientemente, a ganar el primer premio a la mejor guitarra de acompañamiento en el Concurso de Cante Flamenco de Tres Cantos, en Madrid.
— Mané, enhorabuena por este reconocimiento. ¿Qué ha significado para ti este premio?
— Bueno, realmente yo no hice nada especial para ganarlo. Solo hice lo que hago todos los días: cumplir con mi trabajo con el compromiso y la seriedad con los que me lo tomo. Este premio marca un antes y un después en mi carrera, porque en el concurso participaron grandes guitarristas, entre ellos algunos que han sido mis maestros. Por eso, ganar ha sido algo increíble.
— Tu especialidad es la guitarra de acompañamiento, ¿cómo valoras que se reconozca este papel en el flamenco?
— Me hace mucha ilusión, porque el acompañamiento al cante es una parte fundamental del flamenco. En este concurso, el jurado valoró a los guitarristas que estábamos allí y tuve la fortuna de que mi forma de trabajar convenció. Traerme el primer premio es un orgullo y un reconocimiento muy importante.
— Mairena del Aljarafe siempre ha tenido afición a la guitarra flamenca. ¿Cómo ves el panorama actual en tu pueblo?
— Es verdad que Mairena tiene o ha tenido mucha afición por la guitarra, pero no de forma tan profesional. Como guitarrista profesional, no conozco a muchos en mi pueblo. Para mí es un orgullo, porque desde muy temprana edad estoy en los escenarios y siempre he llevado el nombre de Mairena por todos lados. Es una satisfacción enorme llevar mi pueblo por bandera.
— Sin embargo, nunca has tenido la oportunidad de presentar un espectáculo en tu localidad…
— Es cierto. Igual que te digo que siempre llevo a Mairena por bandera, nunca he tenido el placer de presentar nada en el Ayuntamiento o en la Peña Flamenca. Es algo que me da pena, y si tuviera delante a cualquier representante del Ayuntamiento se lo diría, porque es la verdad. Aun así, llevo conmigo el cariño de todo el mundo de mi pueblo, y ese es el mayor regalo que un artista puede tener.
— ¿Cómo comenzó tu historia con la guitarra?
— Desde que tengo uso de razón he estado tocando. Hace unos años, mi madre me contó que estuvo apuntada a talleres municipales de guitarra cuando estaba embarazada de mi, así que puede que me venga de ahí. He pasado por muchas etapas: desde el coro parroquial hasta agrupaciones de carnaval, después con grupos de sevillanas y artistas como Paco Candela o María de la Colina, y ya en el flamenco con Raquel Salas. Ha sido un camino largo, pero siempre ligado a la música.
— Háblanos de tu escuela de música.
— Tengo una escuela en el casco antiguo de Mairena, donde imparto clases de guitarra y cante. Llevo desde 2008 con ella, y la verdad es que estoy enamorado de mis dos profesiones. Para mí es un orgullo que mi escuela reciba a personas no solo de Mairena, sino de todo el Aljarafe. Que vengan a formarse aquí es una señal de que Mairena tiene un lugar importante en el flamenco.
— ¿Qué significa para ti que tu pueblo sea un símbolo de la guitarra flamenca?
— Para mí es un orgullo total. Al final, tengo en mi casa a mucha gente que quiere aprender, y eso es lo más bonito. Mairena y el Aljarafe tienen que seguir apostando por el flamenco, porque es nuestra cultura y nuestra identidad. Yo, por mi parte, seguiré trabajando para que la guitarra siga sonando aquí y en todos los lugares a los que vaya.
