Los signos de los tiempos han cambiado y el peso de la Iglesia Católica en el ámbito internacional es escaso. Aunque quien tuvo, retuvo. La Iglesia ha sobrevivido como sociedad 2000 años, que se dice pronto. Localizar una “empresa” - Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo-, con más de 2000 años de historia ininterrumpida, salvo la Iglesia Católica, es imposible. La enfermedad del Papa Francisco, su ingreso hospitalario, han coincidido con el estreno recientemente de la película titulada “Conclave”. En este film se pretende mostrar cómo se desarrolla el proceso de elección de un nuevo Papa. La producción ha merecido la nominación para ser premiada en 8 categorías de la ceremonia de los “Oscar”. Salvando la interpretación de actores consagrados, masculino y femenino, la más que digna puesta en escena, así como la fotografía, iluminación y vestuario; la trama, cuasi detectivesca, simplifica en grado sumo este complejo proceso que permite la confluencia de un buen número de intereses que acaban alzando al papado a un determinado cardenal. Muestra una lucha de personalidades cuando en realidad la dialéctica se produce entre bloques o facciones que pretenden salvaguardar intereses muy concretos.
-¿Y Vd. que sabe de eso? Al situarse en un plano de máxima confidencialidad, por no calificarlo de secreto, es difícil, muy difícil, saber. Ello no implica que si se pueda deducir al observar la enorme complejidad de esta enorme “empresa” que sin duda es la Iglesia Católica de Roma. Además de la propia organización, tanto económica como del dogma, las órdenes religiosas tienen la suya propia, así como la red de obispados por todo el mundo. Las cifras dan idea de una complejidad que difícilmente puede encontrar parangón en los Estados actuales, incluso los más grandes y poderosos del mundo o los más grandes complejos empresariales. Aunque el Vaticano es sólo una parte del conjunto de la Iglesia Católica, controla absolutamente todo. Cuenta sólo el Vaticano con dos instituciones financieras. Los ingresos provienen en parte del llamado Óbolo de San Pedro, donaciones que periódicamente deben enviar los obispados y órdenes religiosas a Roma. Este mecanismo fue creado en el siglo VIII, para recibir de todas las partes del planeta donaciones al Papa de Roma. Sin embargo las cifras de ingresos, declaradas en 2021 por el portal de noticias oficial de la Santa Sede, fueron de 46,9 millones de euros. En 2023 ascendieron a 48.4 millones de euro. El papa Francisco publicitó que el déficit del Vaticano se situaba en 2023 en algo más de 80 millones de euros. Por su parte sólo los gastos del Vaticano (Roma), se reflejan en el presupuesto de la Santa Sede, que en 2022 fueron de 289 millones de euros. Estas cifras podrían calificarse de “domésticas”, ya que se refieren al funcionamiento de la curia vaticana en un territorio de algo más de 40 hectáreas, 0,4 kilómetros cuadrados, dentro de la ciudad de Roma. Y más aún si se comparan, por ejemplo con las de un ayuntamiento, por ejemplo Algeciras: 129.millones de euros presupuesto, una deuda 240 millones en 2023 según periódico Expansión y 86 Kilómetros cuadrados de extensión.
Pero la complejidad de las finanzas de la Iglesia Católica es mucho mayor. Las dos entidades financieras que cuenta el Vaticano son poderosas: Una de ellas el “Istituto di Opere di Religione”, conocido como «banco del Vaticano» (IOR) (se denomina fondo fiduciario). La otra es la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, (APSA). En este se gestionan los bienes inmuebles de la Santa Sede, que en el primer balance, publicado en 2021, muestra que el Vaticano posee 4.051 propiedades en Italia y otras 1.120 en todo el mundo, principalmente en inversiones inmobiliarias en capitales europeas. Hay que añadirles las entidades financieras en todo el mundo, donde participan las diócesis, el patrimonio acumulado en milenios y que una parte se muestra en los miles de museos repartidos por el mundo. Faltando bastante información es posible obtener una primera visión de la poderosa organización que es la Iglesia Católica. Es cierto que se encuentra “informaciones” mal intencionadas sobre estos datos, no obstante llama la atención la publicación de textos, como los del periodista Gianlugi Nuzz: “Giudizio universale (Juicio universal)”, -3 mil páginas de documentos que tratan de temas financieros y económicos de la Santa Sede-. O “Su Santidad, las cartas secretas de Benedicto XVI” que se han convertido en best selle. De momento no parece que se le haya encausado por el contenido publicitado. El escándalo financiero de la Banca Ambrosiana (1982) presidido por Roberto Calvi, presidente a su vez del IOR Vaticano, que era accionista mayoritario del “Ambrosiano”, permiten observar la complejidad del Vaticano. Para poder comprender las dimensiones de la Iglesia Católica debe considerarse la amplitud de Sedes episcopales, Órdenes religiosas, Fundaciones, Instituciones… en el mundo. A modo de ejemplo pueden consultarse los datos, que se encuentran en la web oficial de la Conferencia Episcopal Española en el siguiente enlace: https://www.conferenciaepiscopal.es/iglesia-en-espana/iglesia-en-numeros/, sólo de la iglesia católica en España. Otros datos pueden obtenerse en conferencias episcopales como Estados Unidos o México de igual o mayor complejidad que esta. Volviendo al tema de este texto la elección de un papa no es tan “sencilla” como parece. Aunque si se introduce la ortodoxia católica es muy simple, ya que el Espíritu Santo, tercera persona de la Trinidad, es quien guía el corazón de los cardenales para que la elección del Vicario de Cristo en la Tierra, sea el que tiene que ser. Mirado desde esta perspectiva bastante trabajo ha tenido el mencionado Espíritu a lo largo de los dos últimos milenios. Desde el origen de la Iglesia, con San Pedro como primer obispo de Roma, y con bastante aproximación, pueden contabilizarse 266 papas hasta la fecha. ¿Muchos, pocos? Comparemos con los presidentes de Estados Unidos. Si desde 1789 han sido elegidos 47 presidentes, en 245 años, la media de años de presidencia sería sobre 5 años. La media en el ejercicio del papado sería de 7 años y medio.
En los últimos 155 años, desde el Concilio Vaticano I, con el establecimiento del dogma de la “infalibilidad del Papa” (1870), 12 personas han sido elegidas Obispos de Roma, en sus respectivos conclaves. El papado ha tenido que conducir “la barca de Pedro”, en un mundo en estos años azotado por guerras mundiales, territoriales, sucesivas crisis humanitarias, económicas y políticas de dimensiones nunca antes vividas por la humanidad. Parece, a simple vista, que la elección de un nuevo Papa en “conclave” –con llave- a puerta cerrada para guardar mejor el secreto de las deliberaciones, será bastante compleja. Lo real, casi con seguridad, se aproximará muy poco a la narración que de la elección de un nuevo “Santo Padre” se hace en películas emblemáticas, como “Las sandalias del Pescador” (1968, 2 nominaciones a los Oscar) o la última “Conclave” (2024, 8 nominaciones a los Oscar). Curiosamente en la primera el papado tenía aún algo que decir, en la crisis político-humanitaria desatada por la hambruna de la pobrísima China, la Rusia soviética y la Estados Unidos. Al día de la fecha y después de algo más de medio siglo ¡Que lejos de aquel escenario está la actual geopolítica!
Fdo Rafael Fenoy Rico
