Una juez de Almería ha condenado a una pena de dos años de prisión y tres meses de multa a razón de tres euros diarios a un hombre que fue sorprendido con más de 1.500 plantas de marihuana en una nava industrial que había subarrendado en Huércal de Almería (Almería), la cual contaba además con varios enganches irregulares a la red eléctrica.
El fallo, consultado por Europa Press y contra el que cabe recurso, condena al acusado por un delito leve de defraudación eléctrica y otro contra la salud pública, si bien descarta aplicar la agravante de "notoria importancia", conforme solicitó la Fiscalía, al entender que no quedó acreditado el peso exacto del estupefaciente.
En este sentido, la juez incide en base a la jurisprudencia establecida por el Tribunal Supremo que solo las sumidades floridas y la resina del cannabis se consideran estupefacientes, pero no así las hojas sueltas, los tallos y las raíces; un aspecto que no habría quedado aclarado en el informe pericial.
Dado que el acusado, que carece de antecedentes, permanecía en prisión provisional por estos hechos a la espera de juicio desde el 24 de septiembre del pasado año, con su resolución dictada a finales de marzo la juez dispuso además su puesta en libertad, ya que el quantum de la pena impuesta no justificaba su permanencia en la cárcel.
La sentencia absuelve a un segundo acusado, quien había alquilado la nave industrial y a su vez la había subarrendado al condenado, al no haber pruebas que lo vincularan de forma directa con la actividad ilícita.
Con ello, apunta que los agentes de Guardia Civil que declararon durante el juicio aseguraron que nunca vieron a este segundo investigado acudir al lugar de los hechos durante sus vigilancias. Del mismo modo, no se pudo demostrar que tuviera conocimiento del uso que se le había dado a la nave.
La sentencia apunta que, tras varios días de vigilancia, la Guardia Civil realizó la entrada y registro en la nave industrial de Huércal de Almería, que había sido subarrendada por el condenado a la persona que ha resolutado absuelta.
En total, los agentes intervinieron 1.561 plantas de cannabis que eran cultivadas por el acusado, quien tenía la intención de destinar la sustancia estupefaciente obtenidas de las mismas a su consumo por terceras personas.
La suma de las plantas intervenidas mostró más de 75 kilos de cannabis en su conjunto de los cerca de 60 kilos se correspondían con cogollos y apicales, mientras que la cantidad restante era de hojas. Las estimaciones apuntan a un valora en el mercado ilícito de casi 22.000 euros.
Para abastecer a la plantación de la electricidad necesaria, el acusado realizó además varios enganches ilegales que supusieron un perjuicio económico para la compañía de más de 23.500 euros, que deberá abonar el acusado en concepto de multa.
