¿De quién es Nueva Rumasa?. Esa es la pregunta que se formulan abogados, administradores concursales, inversores y hasta sus trabajadores, dos meses después de que los Ruiz-Mateos anunciaran que vendían el conglomerado empresarial al empresario Ángel de Cabo, especialista en liquidar empresas.
Desde ese comunicado, hecho público el 9 de septiembre, De Cabo sólo ha acreditado que su grupo de empresas ha adquirido acciones y participaciones de 19 compañías de Nueva Rumasa, la mayoría a sociedades radicadas en el paraíso fiscal de Belice.
Sin embargo, esta reducida cifra de 19 empresas contrasta con las casi 200 compañías que la Agencia Tributaria asegura que integran el conglomerado de Nueva Rumasa, que incluye las sociedades con actividad económica real, las meramente instrumentales y las que son consideradas "no oficiales" o están en "manos amigas".
Pocos entienden una operación de venta anunciada con un cruce de "dimes" y "diretes" en el que olvidaron tanto los Ruiz-Mateos como De Cabo decir que se vendía por un euro cada compañía, y sin embargo deslizaron que la operación estaba cifraba en 1.500 millones.
Pese a que desde el grupo de Ángel de Cabo se insiste en que a esa escritura le seguirán más, ninguna otra se ha entregado hasta el momento en la Audiencia Nacional, donde el juez Pablo Ruz les ha requerido la información.
Este retraso en la acreditación no se entiende y en algunos círculos incluso se apunta que no se han pagado aún los honorarios a los notarios para poder retirar los documentos.
Una situación que ha provocado que la última junta de accionistas de Grupo Dhul se tuviera que suspender, al no haber podido acreditar De Cabo la propiedad de las acciones del socio mayoritario.
La escritura presentada en la Audiencia Nacional recoge 19 contratos de compraventa y sólo en un reducido número se indica el porcentaje de participación adquirida respecto al total del capital social o revelan la existencia de otros socios.
En cada uno de estos contratos se indica que el precio acordado es de un euro por cada una de ellas debido a la situación de insolvencia en la que se encuentran las empresas.
Sin embargo, algunas de estas compañías no han iniciado ese procedimiento o, en otras ocasiones, tras haberlo solicitado han desistido, como son los casos de Toribio y Abilio Nieto Gutierrez o Bardajera (gestionaba la tesorería), respectivamente.
Las sociedades objetos de la compraventa son Ajerezada, Aqua Hotels, Bamingo Canarias, Bardajera, Bastimentero, Brizar Europa, Candetur, Complejo Bodeguero Bellavista, Europa Center, Free Size, Toribio y Abilio Nieto Gutierrez, Grupo Empresarial Apis, Inversiones Ruiz Mateos, Marqués de Campo Nuble, Nor-Sur Menorca, Nueva Rumasa, Promociones Monarch Cook y Pronadan.
De momento, la familia Ruiz-Mateos, no ha aclarado qué sociedades ha vendido, ni ha hecho una relación de las mismas, pese a que aseguró que vendía todo el grupo a Ángel de Cabo.
De Cabo, quien tampoco ha ofrecido más información, tiene experiencia en operaciones de esta envergadura, ya que saltó a los focos mediáticos tras adquirir Viajes Marsans a los empresarios Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, justo antes de que fueran declaradas en concurso de acreedores.
El pasado septiembre, uno de los acreedores del grupo Marsans presentó una querella contra Ángel de Cabo y su mano derecha, Iván Losada, por su presunta mala gestión al frente del grupo Viajes Marsans, que podría constituir un delito de alzamiento de bienes y de agravamiento de la situación de insolvencia.
Ángel de Cabo podría despejar las incógnitas que rodean la compra de Nueva Rumasa el próximo 21 de noviembre, fecha en la que está citado para declarar como testigo ante la Audiencia Nacional.
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