El Teatro Villamarta de Jerez vuelve a poner en escena su producción de ‘Rigoletto’ de Verdi el próximo jueves día 19 y el sábado día 21 con un reparto en el que destaca la presencia del barítono Luis Cansino, la soprano Sabina Puértolas y el tenor jerezano Ismael Jordi. En opinión de Francisco López, director de escena, “esta maravillosa obra retrata el alma humana con la genialidad de Verdi”.
“Rigoletto’ es una excelente muestra del teatro musical”, añadió el máximo responsable escénico en la rueda de prensa de presentación del espectáculo. “Es la música hecha palabra al servicio de unas emociones”, agregó. Sin embargo, el compositor lo pone de manifiesto “con una simpleza de recursos”, lo que incrementa el valor artístico de esta ópera.
Este “teatro musical” concebido tanto desde la partitura como desde el libreto “describe y convierte en seres vivos a los personajes” a través de un “retrato psicológico y musical, lejos del teatro cartón-piedra”. Y esa descripción tan detallada “no sólo afecta a los personajes principales”, sino que se extiende a todo el reparto. “No estamos ante personajes planos, sino que tienen su propia psicología, su propia ética”.
Asimismo, tanto la partitura como el libreto están concebidos para mostrar situaciones acorde con la tensión dramática de lo que se observa en escena. A este respecto, el público se ve envuelto en una deliberada “sordidez de los ambientes”. Para Francisco López, Verdi refleja “un mundo degradado, un clima moral” donde “triunfan los malos”.
Este deterioro del clima moral aparece en la propuesta escénica de la producción del Teatro Villamarta. Una de sus singulares aportaciones está en trasladar la acción en el primer acto a la Italia fascista de Mussolini con el objeto de reflejar el totalitarismo de las relaciones humanas descritas en el libreto. A juicio del director de escena, este cambio temporal pretende “acercar al espectador de hoy a esta tragedia con elementos reconocibles” y se produce “sin ningún trauma”, dado el carácter universal de los valores, ideas y sentimientos situados originariamente en un contexto histórico muy anterior.
Francisco López señaló que ‘Rigoletto’ “siempre me vuelve a impresionar y emocionar”, al tiempo que alabó “el criterio ético y social” que se desprende de la obra.
La unión de teatro y música
Carlos Aragón, director musical, manifestó que teatro y música aparecen unidos como “un todo indivisible que se retroalimenta”. A este respecto, mencionó que “la orquesta llega a ser un personaje más creando colores y atmósferas, manteniendo un pulso dramático desde el principio hasta el final de la partitura”.
Aragón dirigirá desde el foso a la Orquesta Lírica del Sur, de cuya creación ha sido su mentor. Esta nueva formación –compuesta fundamentalmente por jóvenes músicos de la provincia de Cádiz- debuta en el campo de la ópera. Un gran reto, sin duda, que están afrontando en los ensayos con “compromiso, generosidad y concentración”, según el director musical.
Luis Cansino interpreta el papel de Rigoletto, que calificó como “el más importante y complejo en la cuerda de barítono”. El cantante ha participado –a lo largo de su carrera- en varias producciones de este título. Pese a ello, aseguró que “siempre descubro cosas nuevas”.
La soprano Sabina Puértolas precisó que interpreta el papel de Gilda con “una vuelta de tuerca más” en lo escénico” y con “un fraseo diferente” en lo vocal. Por su parte, el tenor jerezano Ismael Jordi –que encarna el rol del Duque de Mantua- hizo hincapié en que “en cada representación te das cuenta de la magnitud de esta obra”. Sobre la produccion, indicó que “es una de las más homogéneas en todos los sentidos de las realizadas por el Teatro Villamarta”.
El elenco artístico lo completa Rubén Amoretti, Marina Pardo, Federico Gallar, David Lagares, Hilario Abad, Juan Manuel Pérez Madueño, Inmaculada Salmoral, Esperanza Melguizo y Erregiñe Arrotza. El diseño de la escenografía y vestuario es obra de Jesús Ruiz, mientras que la coreografía corre a cargo de Belén Fernández.
La producción de ‘Rigoletto’ del teatro jerezano fue estrenada el 11 de febrero de 2000 en el Gran Teatro de Córdoba. Con posterioridad se representó en el propio Teatro Villamarta para, más tarde, iniciar una gira por diversos escenarios de nuestro país que ha supuesto su puesta en escena en el Festival de Ópera del Teatro Cuyás de Las Palmas, Teatro Cervantes de Málaga, Palacio de la Ópera de A Coruña y Teatro Campoamor de Oviedo.