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Sábado 16/11/2024
 
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Valencia

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Una imagen vale más que mil palabras y todos los ciudadanos hemos podido comprobar la brutal y desproporcionada actuación de la Policía contra los estudiantes que se manifestaron en Valencia. La gravedad de lo sucedido exige y merece, una explicación urgente del ministro del Interior, especialmente, por respeto a la ciudadanía y por la indignación que ha causado en la sociedad y, sobre todo, porque los argumentos, justificaciones y excusas o disculpas a medias que hemos oído hasta ahora por parte de los mandatarios del PP no convencen en absoluto.
La fuerza policial no tiene justificación alguna cuando se trataba de una manifestación pacífica, en la que los estudiantes ejercían su libre derecho a protestar porque les han dejado sin calefacción en su instituto. Que el responsable de la Policía en Valencia se haya referido a ellos como “el enemigo” da idea de las instrucciones de actuación que tenían las fuerzas policiales y de la desmesura de la situación. Sin olvidar que la Policía recibe órdenes de quien tiene la responsabilidad de dar las instrucciones, es decir, el Gobierno de la Comunidad Valenciana.
Lo que ha cambiado no es la Policía, sino quien da las órdenes a la Policía. Y es evidente que la borrachera de poder en la que está sumido el Gobierno del PP le está llevando a cometer errores y excesos que no se pueden consentir.
Mal empieza el PP si para reprimir una protesta de estudiantes tiene que recurrir a métodos que creíamos olvidados en este país. Los golpes y la violencia para reprimir a quienes piden en la calle a sus gobernantes que resuelvan sus problemas no tienen justificación alguna, ni aquí ni en Valencia.
Por eso es hora de pedir responsabilidades, de que alguien dé la cara, de que se reconozcan errores para evitar que estos graves hechos se vuelvan a repetir, más aún teniendo en cuenta el clima de crispación social que se vive en nuestro país, algo que hago extensivo a nuestra ciudad. La política del miedo ya no vale, en democracia no.

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