La alcaldesa anima a los jerezanos a disfrutar de la Feria a pesar de reconocer que coincide con una coyuntura muy compleja
No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se la pierdan”. Justo veinte años después de que el Ayuntamiento planteara una Feria de seis meses para tratar de rivalizar con la Expo 92, Jerez devolvió a la noche del lunes el encendido del alumbrado, en una difusa política de austeridad que no impidió sin embargo que las casetas funcionaran con relativa normalidad desde el pasado fin de semana.
A Jerez se le ha encendido la luz: 1,2 millones de leds de bajo consumo, ni más ni menos. Eso sí, sin el tradicional acompañamiento de fuegos de artificio y banda de música. Sí se recuperó por el contrario el no menos secular ritual de desconvocar una huelga de autobuses pocas horas antes de la inauguración formal de la Feria.
Con los caseteros colocando la penúltima maceta de geranios Jerez ha asistido a un descenso súbito del número de desempleados e incluso a la recuperación de los Claustros de Santo Domingo, doce años después del inicio de unas obras que rivalizaban ya en persistencia con las del malogrado palacio de congresos. Por rizar aún más el rizo de la coincidencia, lo que hasta hace nada eran temporales de lluvia tornáronse en cielos de azul raso, irrumpió el sol y subieron las temperaturas. Fue decir “hágase la luz” y la luz, en efecto, se hizo. Como si todo pudiera controlarse apretando un botón.
En un contexto “muy difícil”
La alcaldesa, María José García-Pelayo, presidió el acto de apertura oficial en el Templete Municipal, acompañada de buena parte de su equipo de Gobierno y de representantes de distintos colectivos que trabajan en el ámbito social, a quienes de este modo se reconocía la labor que vienen desarrollando en un periodo de tiempo especialmente complicado.
La primera autoridad municipal aprovechó la ocasión para “animar” a todos los jerezanos a que estos días “se acerquen” al Real de la Feria, para que al menos “durante un ratito olviden las penas”. “Sabemos que son momentos difíciles y que muchas personas no pueden venir, por eso hemos cambiado los fuegos artificiales para añadir un segundo día de cacharritos”, recordó. Esa segunda jornada de descuentos del 50 por ciento coincidirá con la tarde del domingo, que el Gobierno local pretende recuperar.
La política de austeridad aplicada por el Ejecutivo municipal se traduce en un recorte del presupuesto de unos 300.000 euros, un tijeretazo que García-Pelayo confía en que no va a mermar el “brillo” habitual de la Feria del Caballo. A pesar de ese “esfuerzo”, la fiesta se cerrará con déficit, aunque “muy ajustado” y justificado en todo caso por la trascendencia de un evento que contribuye a dinamizar la actividad económica.
Si hay que empezar, se empieza
El encendido del alumbrado constituyó la apertura formal de la Feria, pero en ningún caso su estreno real. Muchas casetas empezaron a servir almuerzos el domingo y la mayoría echaba ayer alfombra roja a cualquier visitante. El fin de semana de preferia enlazó directamente con el lunes de no Feria, una suerte de adelantado lunes de resaca de no se sabe muy bien qué que certifica que no hay quién ponga puertas... al parque.
Y para mí que ocurrió que hubo quien no quiso siquiera enterarse de que la Feria del Caballo se había saltado -porque lo vale- las ordenanzas municipales que fijan su inicio en la noche del domingo. No se entiende de otro modo que oficinas bancarias y demás inauguraran su horario de Feria antes de que el encendido del alumbrado diera carta de naturaleza a la fiesta.
Lo de hoy es diferente. Tras el tijeretazo inicial, empezará a cundir la sensación de que la Feria se va de las manos. Conviene tomárselo con calma, porque aunque no lo parezca quedan más días de fiesta que dinero en las carteras.
Brillan los leds de bajo consumo, los pórticos de cascadas multicolores y el festival de bombillas simétricas que trasladan a la imaginación del paseante postales propias de la Andalucía más tradicional.
Se le ha recortado el presupuesto, suprimidos fuegos artificiales y banda de música; eliminados grandes efectos luminotécnicos; y coincide además con el que posiblemente sea el peor momento de la historia reciente. A pesar de eso, no se la pierdan. Como a Lola Flores. La Feria del Caballo no defrauda a nadie.
El lunes no mermó la afluencia de jerezanos
Los jerezanos no faltaron al tradicional encendido del alumbrado a pesar de que después de muchos años se trasladó a la noche del lunes. Los paseos principales presentaron un fenomenal aspecto en esta primera toma de contacto con la Feria.